Arequipa: Reserva Salinas y Aguada Blanca cumplió 42 años como área protegida

AREQUIPA. La Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca conmemora su 42 aniversario como área natural protegida por el Estado, conservando extraordinarios recursos de fauna, flora y paisajísticos de la zona y brindando valiosos servicios ambientales que benefician a más de un millón de peruanos.

Estos servicios ambientales se expresan en el vital recurso agua que provee esta reserva para el desarrollo de actividades agrícolas, domésticas, energéticas, industriales, entre otros servicios, destacó el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).

Ubicación

Con una extensión total de 366,936 hectáreas, la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca fue creada oficialmente el 9 de agosto de 1979 y se ubica en territorios de las provincias arequipeñas de Arequipa y Caylloma, así como de General Sánchez Cerro, en el departamento de Moquegua. Su altitud promedio es de 4,300 metros sobre el nivel del mar.

La reserva nacional se distingue por la presencia de los majestuosos volcanes Ubinas, Pichu Pichu, Misti y Chachani en la parte suroeste, y por los nevados Chuccura y Huarancante en el lado norte.

Sitio Ramsar

Las planicies altoandinas, salpicadas de hermosas lagunas y bofedales, completan el gélido paisaje de la mayor parte del territorio habitado principalmente por camélidos sudamericanos y por un gran número de aves terrestres y acuáticas, como lo certifica su designación como sitio Ramsar desde 2003.

Salinas y Aguada Blanca fue concebida inicialmente como un lugar para la protección de poblaciones de vicuña, taruca, parihuana común, parihuana andina y parihuana de James, así como de bofedales, queñuales, yaretales y pajonales; pero hoy representa, además, la principal reserva de agua de la ciudad de Arequipa y alrededores.

El singular ecosistema de esta área protegida proporciona un valioso e irreemplazable servicio ambiental: los vientos que vienen desde el altiplano puneño-boliviano provocan lluvias, nieves y granizos, entre octubre y abril, que son retenidos por los yaretales, queñuales, pajonales y totorales, almacenándolos en los bofedales, lagunas y en el subsuelo. De allí es liberada lentamente a lo largo del año, con lo cual se regula el ciclo hidrológico, para beneficio de las comunidades.

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