El analista en temas de narcotráfico y seguridad, Jaime García, advirtió que el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE) se ha convertido en el primer productor mundial de drogas cocaínicas con unos 350 mil kilos de de pasta básica de cocaína anuales, lo que se traduce en alrededor de 155 mil kilos de clorhidrato que es comercializado por las mafias del narcotráfico.
«En el caso del VRAE, se han pasado del año 2005 al 2008 de 16 mil a 17 mil 700 hectáreas de cultivo de hoja de coca, y en el caso de Ayacucho ha pasado de 10 mil a 10 mil 360 hectáreas», detalló en conversación con el noticiero Diálogo Ciudadano, de INFOVRAE.
«El VRAE se ha convertido en el principal productor de drogas cocaínicas en el Perú. Alrededor de 350 mil kilos de PBC se producen en el VRAE lo que equivale más o menos a 155 toneladas o 155 mil kilos de clorhidrato de cocaína, convirtiéndose en el principal valle productor de cocaína no solo en el Perú sino en el mundo, porque los otros valles en Colombia o en Ecuador no llega a tener esa magnitud de producción de drogas cocaínicas», destacó el experto.
Impactos en población ayacuchana son altamente negativos
García alertó que los impactos del crecimiento del tráfico ilícito de drogas en la población ayacuchana son altamente negativos pues «se ha disparado el consumo en los estudiantes en edad secundaria, de acuerdo al último estudio hecho por DEVIDA, en más del cien por ciento del año 2005 al año 2007».
«Otra forma de impacto es la manera en como se involucra a la juventud en el narcotráfico, no solo en el consumo sino también en la cosecha de las hojas de coca que va para las pozas de maceración, en todo el proceso de producción y elaboración de drogas, exponiéndolos a los insumos químicos», agregó.
«El traslado de la drogas a través de los burriers, la contratación de los sicarios, en general está impactando tremendamente en la juventud ayacuchana que se ve involucrada en el negocio del narcotráfico por la gran cantidad de recursos que moviliza, además de los grandes impactos ambientales que ya han sido ampliamente difundidos, no solamente la contaminación de ríos, sino la contaminación de suelos por la gran cantidad de insumos químicos que son utilizados», comentó.
Asimismo, enfatizó que cada año el VRAE utiliza 18 millones de kilos de insumos quìmicos para el procesamiento de toda la droga que son vertidos en los ríos y riachuelos, que va a ser muy difícil de revertir.
«Todo esto configura un escenario bastante penoso para Ayacucho, es un panorama que reduce las posibilidades que la inversión privada se pueda establecer por el temor que hay de enfrentarse al narcotráfico», lametó.
Crítica a promocionado Festival de la Hoja de Coca de Pichari
En otro momento, el analista criticó la promoción que se viene haciendo a través de los medios de comunicación del Festival de la Hoja de Coca de Pichari, el que calificó de irresponsable, pues es sabido el uso que de esta planta hace el narcotráfico en la zona.
«Durante mi estadía en Ayacucho, he podido ver publicidad del Festival de la Hoja de Coca en Pichari, eso realmente es una tremenda irresponsabilidad. la producción del VRAE en un 99 por ciento están yendo a las pozas de maceración, a la producción de drogas y no se puede irresponsablemente promover estos cultivos sabiendo la gente los usos que en realidad hace el narcotráfico de estos productos», reclamó.
Más adelante, el experto consideró que la reducción de cultivos ilegales de hoja de coca, el control de insumos químicos y la presencia de programas de desarrollo son elementos centrales para el éxito de una estrategia de lucha contra el narcotráfico. «Esa es la única posibidad de èxito para la región, cualquier otro indicador que no lleve de la mano a una reducción de cultivos ilegales no tiene ninguna posibilidad de ser sostenible para la reducción del narcotráfico», indicó.
«Como se puede apreciar en el caso de San Martín, la reducción de cultivos ilegales, conjuntamente con el control de insumos químcos y los programas de desarrollo como elemento central favorecieron el éxito de la estrategia. En el caso del VRAE una erradicación en este momento sería bastante complicada, más aún por los temas de seguridad y por la presencia del terrorismo que es financiado por el narcotráfico», finalizó.