Por intentar introducir en China unos once kilos de heroína, tres personas de nacionalidad filipina, entre ellas dos mujeres, recibieron una inyección letal, según informó la cadena de televisión CNN.
Ramón Credo, de 42 años, y Sally Villanueva, de 33, fueron ejecutados en la ciudad de Xiamen, mientras Elizabeth Batain, de 38 años, fue ejecutada el miércoles en Shenzhen, cerca de Hong Kong. Los tres fueron arrestados de manera separada en el 2008.
“Sus muertes son una lección del alto costo que el tráfico de drogas representa para familias enteras”, afirmó el vocero presidencial filipino, Edwin Lacierda, al comentar la noticia de las ejecuciones.
La aplicación de la pena de muerte se realizó a pesar de que en los días previos se organizaron misas especiales y oraciones en Manila, así como en otras ciudades con la esperanza de que un “milagro” salvara a los prisioneros.