Hoy en día, el desarrollo va de la mano con la reconciliación entre el crecimiento económico, los recursos naturales y la sociedad. En esa perspectiva, la Compañía Minera Antamina, plantea un cambio fundamental en su estrategia de gestión, que tiene que ver con la práctica de la responsabilidad social dentro y fuera de sus operaciones, promoviendo el desarrollo sostenible en Áncash, región en donde opera.
Quienes piensan que desarrollo es sinónimo de obras, se equivocan. Tiene que ver necesariamente con el involucramiento de los diferentes actores, la capacidad de gestión, el fortalecimiento de la institucionalidad y la sostenibilidad de los proyectos.
Así lo señala Milton Alva Villacorta, gerente de Desarrollo Sostenible de Antamina, quien resalta la importancia de reconocer que hay otros actores que tienen responsabilidades en este proceso de generación de desarrollo.
“Lo que buscamos es trabajar en una perspectiva de `multiactores´, la cual, reconociendo el liderazgo y la responsabilidad de las autoridades, comenzamos a construir un espacio de desarrollo que puede ser distrital, provincial o regional”, señala.
“En ese contexto hay dos conceptos que ligamos a nuestro modelo: el desarrollo territorial y la sostenibilidad del proceso, en base a lo cual definimos nuestra estrategia programática que tiene que ver con diferentes variables. Una es el fortalecimiento del capital institucional, que es el conjunto de todos los actores trabajando con una visión de desarrollo o un instrumento de gestión que es el Plan de Desarrollo Concertado, y en función de ello identificar las prioridades y empezar a trabajar en la ejecución del mismo”, comenta.
Para Alva Villacorta no es suficiente tener al conjunto de instituciones trabajando, si no que es necesario involucrar a la población en estos procesos de desarrollo y eso implica comenzar a construir capital social comunitario.
“Lo cual vale decir que, si tenemos un proyecto relacionado -por ejemplo- al agua potable, también es necesario trabajar en los aspectos de organización y gestión, de modo tal que se empiezan a fortalecer organizaciones comunitarias de base y comienzan a tener una presencia un poco más activa en la gestión del desarrollo local”, refiere.
“La idea es tener un capital social pero trabajando con la población, fortaleciéndolos en sus capacidades de interactuar con sus autoridades, en un proceso más genuino de participación y vigilancia de la gestión del desarrollo”, agrega el funcionario.
En esa perspectiva, las intervenciones no tienen que apuntar solo a la generación de activos. “En general cuando se habla de desarrollo solamente se piensa en hacer obras, estamos convencidos que, más allá de las obras, el valor que da la capacitación y la capacidad de gestión de esas infraestructuras -con sus beneficios tangibles como mejorar sus ingresos económicos para el caso de programas productivos- son los que van a producir el desarrollo”, puntualiza Milton.
Antamina viene impulsando un Programa de Fortalecimiento de Gestión Local a nivel de municipalidades, buscando que incluso los candidatos a ser autoridades, comiencen a comprometerse a través de acuerdos de gobernabilidad, para empezar a sentar las bases de un proceso ordenado de desarrollo, pensando en las próximas gestiones ediles del 2015 al 2918. Pero ese es un tema que merece otra conversación.
DATO
Antamina viene trabajando en el valle de Fortaleza con 10 distritos de la cuenca, con la mancomunidad de los valles de Fortaleza y Santa. Asimismo viene implementado el proyecto “Construcción del sistema de riego Cushurococha – Huarco Curán – Cajacay».
Con la cooperación canadiense impulsa proyectos productivos con el enfoque de cadenas de valor, para mejorar la calidad de la producción con asistencia técnica, fortalecer la capacidad de organización y gestión empresarial de las familias involucradas en los proyectos y buscar su articulación sostenida con los mercados (Publicado en el No.5 de la revista InfoRegión).
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