Un nuevo peldaño en la escalada autoritaria de los violadores de los derechos humanos. Se saben respaldados por el gobierno.
Las amenazas contra el ex presidente de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, CVR, Salomón Lerner Febres muestran el atrevimiento con el que actúan los delincuentes, violadores de los derechos humanos, que se han sentido afectados por el sólido informe que presentó esa entidad en agosto del 2003.
A pesar de la campaña de difamación y groseras tergiversaciones que han desarrollado a lo largo de los últimos años, los enemigos de la verdad no han podido avasallar los hechos macizos descritos en el informe de la CVR, los argumentos y las conclusiones del mismo.
Seis años después de concluido el trabajo de la CVR, continúan recurriendo a la amenaza artera y cobarde contra Salomón Lerner, un respetado intelectual, profesor de filosofía, rector emérito de la Universidad Católica del Perú, y actual presidente del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de esa universidad.
Museo de la memoria
Pero no solo se trata de amenazar a una persona que jugó un papel destacado en la elaboración y difusión del informe de la CVR, sino de alguien que sigue empeñado en la tarea de aprender de las lecciones del pasado para no repetir los mismos errores.
En efecto, ahora Lerner es vicepresidente de la Comisión de Alto Nivel para la creación de un Museo de la Memoria, que encabeza Mario Vargas Llosa.
Los delincuentes que han amenazado a Lerner tienen el propósito de sabotear el proyecto en el que está empeñado ahora, junto con otras destacadas personalidades.
El Museo de la Memoria es una propuesta que antes de nacer trató de ser liquidada por los violadores de los derechos humanos y sus portavoces, incluyendo a muy altas autoridades gubernamentales.
Pero la decisiva intervención de Mario Vargas Llosa hizo cambiar de opinión al presidente Alan García, uno de los que al principio se oponía.
Inepto y gasolinero
Después de esa derrota, los violadores de los derechos humanos y sus edecanes políticos y periodísticos están tratando de sabotear el trabajo de la Comisión de Alto Nivel, y de mediatizar sus proyectos.
Parte de esa sucia faena es tratar de amedrentar a Salomón Lerner.
La noche del sábado 5 de setiembre, envenenaron a dos perros en la casa de Lerner. Y el miércoles 23 llamaron a su oficina y a su casa, diciendo que lo iban a matar como a sus perros.
Coincidentemente, poco después de las amenazas a Lerner, el presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el general Francisco Contreras, pronunció un discurso atacando a los defensores de los derechos humanos y responsabilizándolos por su propia ineptitud.
Contreras, uno de los generales más incompetentes que han comandado las Fuerzas Armadas –y ha habido varios que rivalizan por ese dudoso honor–, es el principal culpable de los desastres ocurridos en VRAE en el último tiempo, y ahora pretende disfrazar su incapacidad y su ineficiencia condenando a las organizaciones que defienden los derechos humanos que, supuestamente, no los dejan combatir.
Contreras, además de inepto, ha sido acusado de ser uno de los generales “gasolineros”, y es el responsable del escandaloso blindaje de los helicópteros del ejército, una operación dolosa que sirvió solamente para retirar de las operaciones a las naves aéreas de esa institución, que se necesitan para combatir al terrorismo en el VRAE. Y ahora las ha dejado inutilizadas.
Y ese individuo es el héroe de papel que el diario Correo exalta en su primera plana el viernes 25, atacando a las organizaciones de derechos humanos, a quien ambos –Contreras y Correo– parecen considerar un enemigo más peligroso y aborrecible que los terroristas que han asesinado a más de 50 militares en los últimos meses.
Por qué lo hacen
Recientemente los campesinos de Putis, Ayacucho, enterraron a sus muertos que habían sido arrojados a una fosa común.
En diciembre de 1984, un destacamento del Ejército comandado por oficiales que usaban los seudónimos de “Lalo”, “Bareta”, “Oscar” y “Cuervo”, asesinaron a 123 campesinos indefensos, después de violar a las mujeres. Entre los muertos había una veintena de niños. Fue un crimen premeditado y a sangre fría.
Luego robaron y vendieron el ganado de los campesinos sacrificados.
Ese es uno de los delitos que ha establecido y denunciado la CVR. Ese es uno de los horrendos crímenes que los mandos del Ejército siguen encubriendo hasta ahora, negándose a identificar a los asesinos.
Ese es el tipo de acusaciones que irrita a los delincuentes que cometieron esas fechorías, y que hace que sus voceros políticos y periodísticos ataquen a los defensores de los derechos humanos. Y que sigan amenazando a Salomón Lerner.