Representantes de la comunidades de Ccochatay y Quispicancha, en el distrito de Secclla, provincia de Angaraes (Huancavelica), denunciaron que son amenazados de muerte y con la quema de sus hijos por apoyar el reinicio de las operaciones de la minera Pampamali.
Los dirigentes Fulgencio Salvatierra Arango, Donato Díaz Ordóñez y Rómulo Cosinga Arango indicaron que más de 700 familias enfrentan en la actualidad este “vía crucis”. Salvatierra señaló que “por el solo hecho de trabajar con esa empresa sufrimos amenazas de muerte, no sólo contra nosotros, sino contra nuestros hijos, advirtiéndonos en forma anónima que si no cambiamos de actitud los van a quemar vivos en nuestra presencia”.
Frente a esta situación, hizo un llamado al ministro del Interior, Luis Alva Castro, para que disponga a la brevedad el refuerzo de la seguridad policial en sus localidades. “Queremos que el ministro Alva Castro envíe policías que nos resguarden, porque esto se pueden convertir en tierra de nadie”, aseveró.
La mina se ubica en la concesión Corazón de Jesús I, de unas mil hectáreas, en el distrito de Secclla, a 37 kilómetros de Lircay (capital provincial), en la cabecera de cuenca de los ríos Sicra y Atuna. Sus comunidades se encuentran sobre terrenos eriazos encima de los 4 mil 400 metros de altura, cuyas condiciones para el desarrollo de una agricultura no son buenas.