Ante la aparente indiferencia tanto del alcalde provincial como de las altas autoridades regionales de salud, los ambulantes incrementan cada día más su presencia en las afueras del Hospital de Tingo María, obstruyendo las salidas de emergencia para casos de incendio, explosión o terremoto.
En la zona se expende desde comidas rápidas hasta verduras crudas procedentes de la zona andina del departamento, así como una gran diversidad de medicinas sin receta, y ropa de cama para los internos. En determinados momentos del día, es prácticamente imposible caminar con libertad entre los numerosos ambulantes y sus ocasionales clientes, ubicados en las cuadras 4 y 5 del jirón Callao, y las primeras cuadras de las avenidas Amazonas y Ucayali.
Los vendedores aducen contar con la autorización edil, y pagar puntualmente los tributos para el uso de la vía pública en su actividad comercial. En su mayoría, estos comerciantes proceden de la Alameda Perú, y de la tercera y cuarta cuadras del jirón Callao, que en su momento fueron desalojados.