Amazonía peruana: Debate entre conservación y desarrollo marcado por corrupción y falta de visión conjunta

Red de Medios Regionales del Perú

La Amazonía es la región más extensa y biodiversa del Perú. Representa el 60% del territorio nacional, con 782,880 kilómetros cuadrados. Concentra la mayor biodiversidad del país, con 31 ecosistemas y 14.712 especies de animales. Además, alberga a más de 60 etnias de sus culturas ancestrales.

Está conformada por los departamentos de Amazonas, Loreto, Madre de Dios, San Martín y Ucayali, con una población de cerca de 3 millones de habitantes. Sus actividades económicas aportan un 5,2% del PBI nacional (más de 7000 millones de dólares).

Si bien se le reconoce más por la extracción de petróleo, gas y minerales, también tiene otras actividades económicas de gran importancia, como la agricultura, ganadería, caza, silvicultura, el comercio de bienes y servicios y el aprovechamiento sostenible de Áreas Naturales Protegidas por el Estado peruano (ANP), con un impacto positivo en el ecosistema y el turismo.

Sin embargo, esas mismas actividades económicas legales e ilegales como las industrias extractivas del petróleo y minería producen contaminación y, por tanto, problemas y enfermedades, sobre todo a los niños y jóvenes. Así también, el narcotráfico, las concesiones madereras legales e ilegales. Y además, la caza y pesca predatorias en ríos, entre otros problemas sociales asociados a estas actividades que amenazan toda esa vida.

La Red de Medios Regionales del Perú invitó a tres expertos en el tema amazónico para conocer sus opiniones y alternativas de solución a los problemas que enfrenta esa rica y hermosa región peruana. Aquí sus intervenciones.

Amazonía: grandes aportes, poco presupuesto

Según el economista y experto en hidrocarburos Roger Grandez Ríos, desde que empezó a valorarse el petróleo en 1973 hasta marzo de este 2023 (primer trimestre) se ha percibido para el país poco más de 32 mil 200 millones de dólares, con la extracción de más de mil cien millones de barriles. De ese total, solo ingresó a Loreto como canon 2500 millones de dólares. Y no porque fuera promovido por el Estado sino como una exigencia de los loretanos para que no se repita los casos anteriores por la explotación del caucho y demás.

Pero si hacemos un balance de cuánto ha repercutido en estos 52 años de actividad petrolera en Loreto, señala Grandez, diríamos que los primeros 30 años había más o menos 1800 sitios impactados. Por esta actividad Loreto ha recibido 12 mil millones de dólares, pero remediar los impactos sanitarios de esos 1,800 puntos, significaría un presupuesto seis veces más de lo que ha recibido, refirió Grandez .

«En términos generales, nos ha resultado mucho más costoso la actividad petrolera en los primeros treinta años», dice Roger Grandez Ríos.

«Todos hemos fracasado por no tener una visión conjunta»

Sobre la renta petrolera a través del canon primero, estaba la lógica que se debía entregar a una sola institución. En el año 1985, en una segunda descentralización fiscal y autonomía financiera se le dio 52% al Gobierno Regional de Loreto (GOREL).

A los gobiernos locales se dio el 40 % porque reciben las demandas de la población.Y la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana recibió 33 % para que propusiera una alternativa para Loreto, pero no lo hizo, prosiguió el experto.

La tercera reforma se dio a partir del desarrollo de los créditos agrarios y se les dio el 12% para apalancar el proceso de desarrollo. Entre el 2004 al 2014, se ha demandado 130 millones de soles en créditos agrarios. Y ninguno ha podido levantar una bandera de un producto comercial. Se ha empobrecido aún más –con deudas– a los agricultores.

Se entra después a una cuarta responsabilidad, al activar los núcleos ejecutores desde el 2014. Porque como gobierno nacional, regional y local, no se podía intervenir esas zonas por su cosmovisión y las lenguas originales. Se ha transferido entre 38 y 40 millones de soles a las comunidades nativas y campesinas para que ellos mismos decidan qué proyecto les toca más para cubrir sus necesidades y trabajar sobre eso.

“De esa transferencia, casi el 30 % debía traducirse en mejoras a la educación, salud, puentes, pero no existe. Y el 70 % ya está caminando y falta profundizar más las investigaciones sobre qué hacer”, señaló.

Grandez refirió que «todos hemos tenido una responsabilidad». Esto implica que todos hemos fracasado por no tener una visión conjunta sobre qué es lo que queremos hacer con la Amazonía. ¿Cuál es el reto, entonces, de aquí para adelante, considerando que la industria extractiva petrolera ha cambiado completamente qué hacer con ello?

«Tenemos unas enormes reservas de petróleo. Si se llega a extraer ese petróleo que es profundo se daría un segundo boom petrolero que tendría un canon tres veces más al que se ha tenido. La pregunta es ¿qué hacemos frente a eso?».

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