Este territorio fue declarado área protegida en 2002 por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado del Perú (Sernanp). El área, es cogestionada por la Reserva Comunal Amarakaeri (ECA-RCA) conformada por los pueblos Harakbut, Yine y Matsiguenka. Detrás de la creación de la Reserva Comunal estuvieron la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad) y en el Comité de Pro-Reconocimiento y Gestión de la Reserva Comunal Amarakaeri. Tanto Fenamad como la ECA-Amarakaeri son miembros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La idea de ‘reconocimiento profesional’ alentó a los líderes de la ECA-RCA, con la ayuda de Anecap, para luego buscar la certificación de la Lista Verde para Áreas Protegidas y Conservadas de la UICN. Esto se logró en noviembre del 2018, como el primer sitio Lista Verde en Perú y la primera reserva indígena cogestionada en la Amazonía.
La certificación de la Lista Verde es un reconocimiento al modelo exitoso de gestión de la ‘Reserva Comunal’ . La certificación implica que la labor y compromiso de las comunidades indígenas, es clave para garantizar la conservación de la naturaleza al más alto nivel; reconocido, en igual medida, por la contribución de sus territorios a los valores naturales, así como al bienestar social y cultural.
Sin embargo, el proceso de evaluación de la Lista Verde también ha resaltado los desafíos significativos que la ECA-RCA enfrenta a diario. Las principales amenazas son externas: la extracción artesanal ilegal de oro y sus graves impactos ambientales y sociales; así como la propuesta de construcción de carreteras, que amenaza con dividir la integridad del territorio y el paisaje más grande de Madre de Dios. P
Por ello, la ECA-RCA está bajo observación, a través de un proceso en curso en el marco de la Lista Verde de la UICN, pues los interesados locales han emitido alertas para ambos temas. De hecho, el Grupo de Expertos de Evaluación de Lista Verde (EAGL, por sus siglas en inglés) y los auditores de la Lista Verde (Assurance Services International) señalaron la necesidad de una revisión después de los primeros 12 meses de certificación.
Sin embargo, la Reserva se ha visto afectada por otra catástrofe importante e inesperada, el COVID-19. Desde marzo, las comunidades han cerrado su territorio y están en aislamiento respecto al exterior. Esto es un gran desafío, considerando las necesidades locales de atención en salud y otros servicios básicos que requiere la comunidad; sin embargo, sus pobladores han decidido optar por acciones preventivas, a la vez que mantienen la integralidad de sus recursos naturales. El caos causado por COVID-19 también ha vuelto a poner el tema de la minería en primer plano.
Con las comunidades aisladas y los servicios gubernamentales restringidos, los buscadores de oro han tenido acceso ilegal al territorio, solo que esta vez con un riesgo adicional de expansión de la pandemia entre los pueblos indígenas. El mercado local de oro y su precio han aumentado en estos meses, alentando a más y más mineros a intentar acceder a los bosques. Cualquier impacto adicional de éstas y otras amenazas, podría resultar en una pérdida de la certificación Lista Verde.
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