El ex presidente de Colombia, quien estuvo de visita en Lima, señaló que enfrentar a esta problemática y al terrorismo es una tarea de la Policía y las Fuerzas Armadas que no admite negociación.
Presidente, ¿quién está ganando la guerra en América Latina, los gobiernos democráticos o el narcotráfico?
En Colombia demostramos que se puede derrotar al narcotráfico razonablemente…
¿La policía debe enfrentarla al narcotráfico o las Fuerzas Armadas?
Todos. En Colombia se cometió el error, al principio, de excluir al Ejército de esa lucha, y el narcotráfico creció enormemente. Si bien es un fenómeno doméstico, sus conexiones son internacionales, y como tal hay que enfrentarlo con todas las fuerzas que tenemos…
No todos los países tienen la ayuda de un Plan Colombia…
Es cierto que tuvimos ayuda de Estados Unidos, pero veamos las cuantías. Este año, si no me equivoco, el Plan Colombia debe recibir unos US$ 300 millones, pero el presupuesto de seguridad del país es de US$ 11,000 millones.
¿Qué papel les toca a las autoridades civiles?
La autoridad civil tiene que dirigir a las Fuerzas Armadas y a la Policía para que sean eficaces, y debe pedirle a Estados Unidos y a la Unión Europea que digan lo que están haciendo para evitar el tráfico de armas y lo que hacen para extinguir la riqueza adquirida con recursos del narcotráfico.
¿Hay márgenes para dialogar con el terrorismo?
Hay márgenes para que se someta a la ley, pero no hay márgenes para negociar con el terrorismo.
Están naciendo ciertas ideologías, como la minería informal, que crecen en alianza con el narcotráfico. ¿Qué podemos hacer?
Hay que vincular a la minería informal con la minería formal, y enfrentar a la ilegal, penetrada por el narcotráfico y el terrorismo.
Pero es muy difícil dividir a la informalidad de la ilegalidad…
Insisto, hay que vincular a la minería informal con la formal y así la separamos de la ilegal y detectamos a los grupos terroristas.
¿Está en contra de la legalización de las drogas?
Estoy de acuerdo en mandar al consumidor al hospital y no a la cárcel, y para eso no necesitamos legalizar. Hay que hacer políticas sensatas de erradicación y generar mejores valores en la familia. Estoy de acuerdo con eso y para lograrlo no hay que legalizar.
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