El Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) dio a conocer hoy una alianza estratégica entre el sector público (Senasa) y el sector privado (Procitrus) en la adopción de todas las medidas necesarias para impedir el ingreso de la plaga-enfermedad “Dragón Amarillo” (HLB).
Así lo dieron a conocer esta mañana en conferencia de prensa, el jefe del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), Pedro Molina y el presidente de la Asociación de Productores de Cítricos del Perú (Procitrus), Sergio del Castillo, al abordar las acciones orientadas a proteger los cultivos de cítricos de esa enfermedad.
«Tenemos que seguir informando para llegar a la población y que sepan del impacto del Dragón Amarillo, que por el momento no tiene cura», sostuvo Molina.
Citó que el Perú es libre del llamado “Dragón Amarillo”, pero existen riesgos potenciales que genera el comercio internacional, y que a la fecha se presentaron focos del insecto en áreas urbanas de Piura y en el distrito de La Cruz en Tumbes, que gracias a la vigilancia que efectúan productores y especialistas en sanidad agraria, fueron controlados y eliminados.
En tal sentido, el máximo funcionario de esa entidad del sector Agricultura subrayó la importancia de reforzar los controles fronterizos en el norte del país para evitar el acceso de productos, que estuvieran contaminados con el vector, y para ello – remarcó – se realizan coordinaciones con Sunat, Sutran, Gobierno regional y Policía Nacional.
Recordó que esa enfermedad en países del continente, como Ecuador, Colombia, Brasil o México, provocó millonarias pérdidas en la producción de limón y mandarinas.
Precisó que existe un permanente control en las áreas de frontera debido que en caso llegara a ingresar ese mal, se pondría en peligro 60 mil hectáreas de cítricos, donde 40 mil pequeños productores se dedican a la producción, principalmente en las regiones del norte del país.
Por ejemplo, Betty Matos, especialista en fitopatología del Senasa, dijo que cuando se detecta un foco del insecto transmisor, se fumiga la zona y se realiza un monitoreo en un radio de medio kilómetro, de lo contrario se amplía el radio a 1 km, y así sucesivamente hasta eliminar el riesgo por completo.
A su turno, Sergio del Castillo, expresó su preocupación que en caso ingresa la plaga del “Dragón Amarillo”, este ocasionaría graves daños a los cultivos de cítricos como el limón, y tendría un impacto nefasto sobre la gastronomía nacional, así como propiciar el incremento del precio del producto en el mercado, como sucedió con el Niño costero de 2017.