Hoy se celebra el Día Mundial de la Radio y la ocasión es propicia para conversar con Alejandro Rupay, director y conductor del programa El Diario del Aire, que se emite de lunes a viernes por radio Rumba de Tingo María y que es co producido por INFOREGIÓN.
A pesar de haberse iniciado como periodista en la ciudad de Junín (ubicada en la región del mismo nombre) Rupay se trasladó a Tingo María, en aquellos años en los que hacer periodismo era un acto heroico, pues era una ciudad bastante convulsionada por el narcotráfico y el terrorismo.
“Hacer periodismo era bastante difícil, éramos probablemente solo dos, Guillermo López Salazar y yo, y cuando lo mataron a Guillermo en el 89 quedé prácticamente solo”, señala el curtido periodista con voz pausada pero segura.
“En esas condiciones hacer periodismo era bastante complicado pues hasta dinamitaron el lugar en donde vivía en 1992 y la emisora en donde trabajaba en 1993”, nos cuenta. Para su suerte el atentado se produjo en horas de la noche.
Alejandro sabe lo que pasó en aquellos años y lo que vive la ciudad actualmente. “El cambio en Tingo María empezó en el año 2007, pues hasta esa época se producían emboscadas, asesinatos de policías, pero antes en el año de 1989 o un poco menos, la situación era sumamente difícil, casi a diario se veía llegar a los soldados con fallecidos que habían sido ajusticiados por Sendero Luminoso o gente que venía a la ciudad manifestando que sus familiares habían sido detenidos por efectivos del Ejército”, refiere.
Los narcotraficantes saben que Rupay es incorruptible, debe ser por eso que nunca se le acercaron para intentar sobornarlo, por el contrario, lo único que hicieron fue amenazarlo sin lograr sus objetivos.
Nada de lo sucedido lo ha hecho perder la convicción: “El futuro de Tingo María es promisorio”, confía.
“Porque hay que tener en cuenta que prácticamente es como un puerto, todas las carreteras llegan a Tingo María y que en los últimos años ha experimentado una mejora económica, con la producción del café y el cacao”, precisa.
Sin embargo, no pierde la perspectiva: “En menos de tres años se han construido más de 60 hoteles, esto significa que de algún modo también existe el lavado de activos”, señala.
Y a las nuevas generaciones les deja un mensaje: “Apegarse a la verdad. Uno de los principales trabajos que tiene el periodismo es combatir esta lacra social que es la corrupción y la delincuencia organizada, en ese sentido el periodista tiene que jugar un papel sumamente importante”, concluye.
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