Alcaldes, periodistas, jueces y fiscales en mira de sicarios

A fines del 2006, Ildefonso Herrera Eguizabal ‘Negro Plástico’, cayó capturado por el Departamento de Homicidios de la Dirincri y fue sindicado como el peligroso sicario que había asesinado al juez Hernán Saturno Vergara, a una cuadra del Palacio de Justicia el 2006. El crimen conmocionó a la opinión pública y a la comunidad judicial y antidrogas que seguía con atención el proceso que el magistrado llevaba contra una mafia mexicana.

‘Negro Plástico’ fue a prisión y el proceso cayó en el olvido mediático, hasta ahora. Seis años después de su captura El Comercio rastreó la historia judicial de Herrera Eguizabal -en informes de inteligencia policial sobre casos emblemáticos de sicariato en la última década- y descubrió que este huanuqueño de 41 años esta libre. Dejó el penal de Lurigancho a inicios del 2011. Los reportes de inteligencia revelan que el Ministerio Público pidió 35 años de cárcel para ‘Negro Plástico’ por la muerte del vocal, pero el Poder Judicial lo absolvió en dos juicios realizados el 2008 y el 2011. En ambos procesos la fiscalía no logró probar que el arma y la moto hallada al acusado se usaron en el crimen ocurrido en el bar El Bunker del Cercado la noche del 19 de julio del 2006, mientras que los testigos del asesinato (presentados por la Dirincri) se retractaron o no lo reconocieron plenamente.

‘Negro Plástico’ tampoco reconoció la autoría del crimen y dijo que entonces estaba prófugo porque meses antes la Policía lo había acusado del homicidio de Jesús Flores Matías ‘Shuco’ (ex sicario de Fernando Zevallos ‘Lunarejo’) en el 2004. Herrera Eguizabal también se libró de este proceso. Los reportes indican que el sindicado fue absuelto por la Sala Penal Nacional en 2012 ya que la fiscalía que lo denunció por matar a ‘Shuco’, por orden de ‘Lunarejo’, retiró la acusación.

Hoy ‘Negro Plástico’ está libre y se desconoce la identidad del verdadero sicario y del autor intelectual del crimen del juez Saturno y de Flores Matías. Sin embargo, los informes de inteligencia no solo revelan que estos casos quedaron sin resolver, también confirman que la impunidad y las mafias del narcotráfico marcaron el punto de quiebre en el aumento del sicariato desde 2004, cuando ‘Shuco’ fue ejecutado luego de salir de un centro comercial en San Miguel.

EL INICIO DE LA VIOLENCIA
Desde aquel año, los sicarios –que entonces buscaban no llamar la atención con sus crímenes– empezaron a matar a presuntos emisarios de mafias mexicanas y colombianas y a sus acopiadores de droga, incluidos sus parientes, abogados y guardaespaldas. Luego, amparados en el olvido público, extendieron su sangriento radio de acción sobre objetivos que antes parecían intocables.

Entonces las balas del sicariato empezaron a caer sobre policías antidrogas y sus informantes; jefes de penales, fiscales y jueces; presidentes regionales, alcaldes, empresarios, obreros de construcción civil (algunos allegados al crimen organizado) y periodistas de provincia. El 2004 –luego de la muerte de ‘Shuco’ y del periodista de Pucallpa Alberto Rivera, quien denunció al ex alcalde Luis Valdez por narcotráfico– se desató la vorágine.

Los reportes consignan los asesinatos de los narco informantes de la DEA, Michael Farfán Zavala, saliendo del penal Castro Castro; y de José Aguilar Ruiz, en la cárcel de Pucallpa el 2005; y del juez del Santa Enrique Salazar Guzmán en Chimbote (meses después del crimen del vocal Saturno). Ni siquiera la indignación por la muerte de ambos jueces desaceleró las revoluciones del sicariato y la moto asesina siguió apareciendo. Entre 2007 y 2008 en las calles de Lima se hizo frecuente ver, como nunca antes, los cuerpos acribillados de mexicanos y colombianos.

Los presuntos enviados de mafias extranjeras al Perú, cuatro mexicanos y otros cuatro colombianos, fueron asesinados en Miraflores, en los suburbios del Callao, en un local de comida rápida en San Borja (dos más murieron en las calles de este distrito) y en una cebichería campestre de Huaral, mientras que otro acabó torturado y degollado en la cajuela de un auto en Surco, al igual que un segundo extranjero.

EL AUGE DEL SICARIATO
En ese lapso –según los documentos– la muerte por encargo alcanzó a otro hombre de prensa, Miguel Pérez de Jaén, al policía antidrogas Édgar Chang en la fronteriza ciudad brasileña de Tabatinga, al sicario José Mori (mientras entraba en el penal San Jorge) y a los parientes de dos narcotraficantes Óscar Benites (ex informante de la DEA) y a Jorge López Quispe ‘Papitas’ (acopiador de una mafia que perdió 1,5 toneladas de cocaína luego de una operación policial).

En el 2009 la violencia se generalizó y fueron asesinados el abogado de narcos Francisco Núñez; el ex presidente del Club León de Huánuco, Nelson Neyra (proveedor de cocaína del Huallaga); y Abraham Llanos (integrante de la mafia de ‘Papitas’), quien cayó acribillado en la juguería La Gran Fruta, en Miraflores.

Entre el 2010 y el 2012, según el reporte, el sicariato en el Callao cobró decenas de vidas por la guerra entre mafias del crimen
organizado, cifras solo comparadas con las 20 muertes a cargo de la banda de ‘Viejo Paco’ en La Libertad y Lambayeque. En Áncash acribillaron al presidente del gobierno regional y a uno de los consejeros, al alcalde de Casma, a un periodista de esa ciudad y al ex alcalde de Huarmey. También murió el fiscal que investigaba estos últimos dos homicidios y el sicario acusado de su crimen.

La larga nómina de homicidios –en la que aparecen narcos peruanos y colombianos que perdieron su carga, delincuentes e informantes antidrogas– también incluye a Manuel Vásquez, ex jefe del penal Castro Castro; a un cuarto periodista: José Oquendo, de Ica; así como a alcaldes con negocios de drogas y a empresarios emergentes de Lima. Un listado de crímenes que sigue creciendo y que parece tan largo como el brazo asesino que alcanzó al juez Saturno en un bar cercano al Palacio de Justicia.

HISTORIA Y PRONTUARIO
Ildefonso Herrera Eguizabal, conocido en los predios policiales como ‘Negro Plástico’ o ‘Ali’, nació en Huacrachucro (Huánuco) en 1971. Estuvo preso entre el 2006 y en el 2011 por las muertes del vocal Hernán Saturno y del sicario Jesús Flores Matías, pero hoy se encuentra libre. En febrero pasado revalidó su DNI.

Su nombre comenzó a sonar en la Dirincri durante la investigación contra Fernando Zevallos ‘Lunarejo’ luego de la muerte del sicario Flores Matías en el 2004. En el expediente judicial del caso se indica que ‘Negro Plástico’ entregaba información a la Policía sobre la ejecución de algunos secuestros.

Herrera, procesado y absuelto junto a Zevallos, dijo que el 2005 viajó a Huacrachucro ya que la Policía lo buscaba por la muerte de Flores. Uno de los hermanos del occiso lo involucró en el crimen.