Gran preocupación ha causado la noticia de que la Fiscalía en Materia Ambiental de Puno detectó sembríos de coca, pozas de maceración y laboratorios para refinamiento de cocaína durante una inspección en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene, que ocupa territorios de Puno y Madre de Dios y alberga la única sabana húmeda tropical de Perú y muchas especies de flora y fauna silvestre.
“Hemos encontrado una deforestación consolidada en el tiempo, sobre la cual se ha sembrado coca y en algunas quebradas se han instalado pozas de maceración y laboratorios”, señaló el fiscal Alejandro Tapia Gómez.
Señaló que esta situación se presenta en la cabecera del Parque, en el sector Pampa Yanamayo y en Pirhua Pirhuani, y la responsabilidad recaería básicamente en los colonos y la gente procedente del valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE).
Según indicó, no se tiene un cálculo seguro todavía de la extensión de los sembríos cocaleros y los territorios afectados, para lo cual se necesitaría un sobrevuelo en helicóptero.
“Es un asunto que requiere de una atención inmediata por parte de las autoridades. Por lo pronto, como primera medida hemos reportado lo observado a la fiscalía antidrogas”, indicó.
“Uno de los principales impactos y consecuencia de la deforestación, es que podría causar embalses ya que esta parte de la selva no es plana, sino que presenta profundas quebradas.”
De igual manera, dijo que la presencia del narcotráfico genera contaminación ambiental por los insumos químicos empleados para la elaboración de la droga.
En el el Parque Nacional Bahuaja Sonene, que ocupa territorios de Puno y Madre de Dios, habitan el lobo de crin y el ciervo de los pantanos, en peligro de extinción; así como el oso hormiguero gigante, el perro de monte, el lagarto negro y el águila arpía, entre otras especies.
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