Ahora la policía nos debe a ‘Artemio’

El Comercio. Sin duda, la muerte de “Rubén” es un golpe muy importante en la lucha antiterrorista y un avance en la tarea de pacificar el Huallaga. Este es un golpe de una envergadura incluso mayor que las operaciones que acabaron con “Clay”, “JL” y “Piero”, ya que todos ellos tuvieron sucesores que ocuparon el segundo lugar en el organigrama de Sendero Luminoso en esta zona.

Sin embargo, con la muerte de “Rubén”, “Artemio” se queda solo. El tercero de esta organización es “Izula”, pero este no tiene mayor presencia política, es una especie de matón. Si llegara a ocupar un cargo de mando sería más un peligro que una solución.

Así, “Artemio” ha tenido una gran pérdida en su estructura. Ha vuelto a perder a su principal brazo operativo y militar, el que controlaba Aucayacu y toda la margen derecha del Huallaga. Ante esta debilitación de sus cabecillas, lo más probable es que “Artemio” tenga necesidad de replegarse.

Lo que ha logrado la policía es importante, pero ahora nos debe a “Artemio”. Es una deuda que viene arrastrando desde hace 30 años. Lo más inquietante es que es la figura más invisible para la fuerzas del orden pero la más visible para los cocaleros, con quienes se identifica.

Lo que sabemos sobre “Rubén” es que ya había purgado condena por actos terroristas desde mediados de los 90 en el penal de Castro Castro, en Lima. Él era el jefe del comando de aniquilamiento en la zona este de la capital, en la zona de Ate y que abarcaba la Carretera Central.

Fue en el 2002 que salió en libertad y luego se le observa en el Huallaga. Tanto “Rubén” como “Julián”, quien fue detenido en la emboscada en la que falleció “JL”, en noviembre del 2007, fueron enviados como refuerzos desde el comité central de Sendero en Lima.

Con esto se comprueba que hay una estructura en este grupo terrorista, aunque los que comandan a las fuerzas del Huallaga desde Lima no son los mismos que lo hacen a las ubicadas en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). Sin embargo, no hay duda de que “José”, quien comanda en la zona del VRAE, recibe órdenes.