Los cultivos de café, cacao y palma aceitera van dejando sin piso a la hoja de coca en el Perú, sobre todo en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). En el 2011, 14 empresas de la zona, promovidas por el Usaid y Devida, facturaron US$151,8 millones y en solo diez años han logrado un acumulado en ventas por US$682 millones.
Y no solo han alcanzado éxito con sus exportaciones (el año pasado representaron un 74,6% de su producción), lo han tenido también en el mercado interno, cuyas ventas alcanzaron US$37 millones en el 2011.
CAFÉ DE PRIMERA CALIDAD
Uno de los productos que se cultivan en estas zonas y que han logrado un buen posicionamiento en el mercado nacional e internacional es el café.
El año pasado las ventas del café de la zona superaron los US$87 millones, un crecimiento de 50,44% frente al 2010.
En el 2012 las ventas podrían estar cerca de los US$100 millones, refirió Julián Aucca, gerente general de la Cooperativa Agraria Cafetalera Divisoria.
Esta cooperativa, formada por 850 asociados de las zonas del Monzón y Hermilio Valdizán (Huánuco), ha logrado obtener –tras varios
años de intenso trabajo–una variedad de café con un alto grado de pureza: Q’ulto 90.
Otras variedades similares se han logrado en las zonas del Padre Abad, Chaclla, Pampamarca, San Martín y Tocache, cuyos pobladores
han visto incrementados sus ingresos en un 36%, gracias a estos cultivos.
Bélgica, Alemania, Estados Unidos y Canadá son los principales mercados del café, que se cotiza en promedio en US$6,2 el kilo.
Q’ulto 90 será lanzado hoy al mercado de manera oficial.