Nutritivos y oriundos. Los productos como las papas nativas, la quinua, habas o la cañihua son alimentos cosechados en el altiplano andino del nuestro país. Quienes los siembran afirman seguir las enseñanzas de sus antepasados, los cuales, con técnicas ancestrales, han logrado hacer del Perú un país de gran riqueza agrodiversa único en el mundo.
El pasado fin de semana se desarrolló el tercer Festival de la Biodiversidad en el Parque de la Exposición. Este evento buscó promover la importancia de estos tradicionales productos; además de que los consumidores revaloren a dichos agricultores de las zonas rurales del país. En la actividad estuvieron presentes diversas autoridades, entre ellas el ministro del Ambiente, Modesto Montoya.
INFOREGIÓN conversó con varios campesinos, quienes nos compartieron sus testimonios y opiniones acerca de la iniciativa; así como también detallaron las adversidades que enfrentan actualmente. Además, el titular de Ambiente también nos comentó su punto de vista respecto a la situación en la que se encuentran los agricultores.
«Necesitamos bastante apoyo en la comercialización»
Lucrecia ha llegado a Lima en avión para promover sus productos en el Festival de la Biodiversidad. Ella pertenece al distrito de Acora, en el departamento de Puno, al sur de la región. Gracias a la iniciativa “Zona Sipam”, un proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Ministerio del Ambiente, puede promocionar diversos productos como el chuño, la quinoa molida, entre otros. “A nosotros nos beneficia [la feria] porque es nuestro tiempo y mano de obra. Vendemos un poquito aunque sea”, comenta.
El proyecto Sipam cuenta con la participación de los gobiernos municipales de Lamay y Lares, San José, Azángaro, Acora y los gobiernos regionales del Cusco y Puno. Lucrecia señala que aunque está agradecida con la iniciativa, también le pide al Estado mayor presencia en la zona, pues la pandemia afectó su producción y tuvo que vender sus cosechas a comerciantes locales a un menor precio.
“Yo quisiera pedirle al presidente Castillo que venga a zona sur. Ilave, Desaguadero, Yunguyo, para que nos visite y [vea] cómo estamos en nuestros campos. [Las autoridades] han llegado a la zona norte como Azángaro o Juliaca, pero a zona sur, no. Prácticamente no ha llegado nadie”, lamenta Lucrecia.
Mónica y Percy también son agricultores del distrito Tumay Huaraca, en la provincia de Andahuaylas, en el departamento de Apurímac. También forman parte de la iniciativa Sipam. Mónica accedió a hablar con nosotros y nos comentó lo contenta que se sentía por poder vender sus productos en la feria, ya que luego de la pandemia muchas personas consumen alimentos orgánicos debido a la necesidad de comer más saludable. Sin embargo, no duda en mostrar su malestar ante a la ausencia del Estado en la región donde trabaja.
“Nosotros necesitamos bastante apoyo en la comercialización. Tenemos bastantes variedades de papa nativa y ahora queremos vender. También tenemos otro tipo de productos como cereales, maíz, almidón blanco, tenemos frijol, haba y todo ello nosotros queremos vender en cantidades, pero no sabemos cómo venderlo, queremos que el Estado nos apoye en esa parte”, argumenta.
Montoya: Se aplicará ciencia y tecnología para empoderar a los campesinos
Al ministro Montoya, quien estuvo en el lugar, se le preguntó sobre el malestar de muchos campesinos por la ausencia de las autoridades en zonas rurales como Lares. “Ayer estuve prácticamente 20 horas moviéndome en vehículo en toda la región de Jauja, Tarma, Oxapampa, Pozuzo. El viernes estuvimos en Chiclayo, claro no se puede ir a todos lados por el tiempo, pero nuestra voluntad es visitar todas las comunidades, si es posible. Sería bueno saber que comunidades nos faltan y nosotros encantados de ir”, comentó a INFOREGIÓN.
Lo cierto es que actualmente no solo se enfrentan los rezagos de la pandemia, sino también los efectos de una actual guerra que ha elevado costos, como es el de los fertilizantes. Toda América Latina se enfrenta a este problema, especialmente los gigantes agrícolas: Brasil y Argentina, pero también México, Ecuador, Colombia y el Perú.
«El Estado va dar recursos para conseguir los fertilizantes, se les quiere dar como donación pero algunos partidos que están en contra del Gobierno dicen que como queremos que se les done, bueno, estamos en una grave crisis, es necesario que los campesinos tengan un apoyo que no han tenido nunca”, comentó Montoya al respecto.
Por otro lado, respecto a la anunciada segunda reforma agraria, que busca darle un mayor valor a los pequeños productores, el ministro de Ambiente señaló que se aplicará ciencia y tecnología para empoderar a los campesinos. “Algunos piensan que se trata del suelo, pero el suelo no tiene ningún valor si es que no se aplica conocimientos. De lo que se trata en esta segunda reforma agraria es capacitar a los campesinos, darles conocimiento científico, enseñarles a investigar para generar nuevos productos”, acotó.
«Queremos seguir manteniendo las variedades de la papa nativa”
A 3800 m.s.n.m, se encuentra la comunidad campesina de Chicla, en Lima provincias. Allí se producen más de 200 variedades de papas, como la huayro macho, el aijo rojo, la leona y cientos de otras papas nativas. Hablamos con Víctor José Anco Chirinos, quien pertenece a la Asociación de Guardianes de la Papa Nativa del Centro del Perú (Aguapan), organización que reúne a siete regiones del país.
Víctor nos comenta el honor que es para él cultivar esas papas. “Nosotros no quisiéramos que se pierda el cultivo de las papas nativas, son enseñas que nuestros ancestros dejaron. Ese es nuestro objetivo para seguir. Gracias a esta feria podemos hacer llegar nuestro producto de la chacra directo al consumidor para poder llevarnos unos centavos más a favor del productor y del campesino”, comenta.
Pero no todo es tan esperanzador, Víctor lamenta lo abandonados que están los productores. “No tenemos cómo poder sobresalir o difundir nuestro producto. Aguapan es una organización independiente, el Estado realmente no se preocupa de las papas nativas a pesar de que es un producto original, autóctono, oriundo. Realmente está abandonado, pero nosotros como productores vemos la forma de cómo seguir adelante. Queremos seguir manteniendo las variedades de la papa nativa”, finaliza.
Estas papas pueden encontrarse los viernes, sábados y domingos en la feria agropecuaria ubicada por el Puericultorio Pérez Aranibar. “Estas variedades, sin apoyo, no te dan un buen progreso porque la producción de estas papas es mínima a comparación de las papas mejoradas que se venden en los mercados. Esas te dan bastante producción. Si nosotros no vendemos en estas ferias, se pierde”, finaliza.
En el Perú, alrededor de tres millones de personas viven de la agricultura familiar. Aunque se lograron grandes avances en cuanto a la producción y promoción de alimentos de las zonas altoandinas, el Estado tiene enormes retos pendientes en cuanto a atender las demandas que los campesinos hacen por años. Lo cierto es que la tecnología y la ciencia son factores fundamentales para la producción y promoción de la agricultura, pero los esfuerzos deben ser redoblados para que no solo sean palabras esperanzadoras. Se necesitan acciones concretas.
Texto: Gabriela Coloma