Los antibióticos son medicamentos que destruyen a las bacterias que causan enfermedades y diversas infecciones dañinas para la salud; sin embargo, mal utilizados pueden crear efectos contraproducentes.
Como todo medicamento, sólo deben usarse bajo prescripción médica, por consiguiente, siempre serán administrados en las dosis y el número de veces indicados por el médico y por el tiempo especificado también por el galeno o personal de salud autorizado.
De no hacerlo así, la enfermedad causada por la bacteria que se quiere eliminar no se curará, y si se deja de tomar los medicamentos ante una eventual mejoría antes de terminar el tratamiento especificado por el médico, se corre el riesgo de que las bacterias –que deben ser destruidas- reanuden la infección que se busca erradicar y/o agraven dicha enfermedad.
A criterio de Maricela Malqui Osorio, directora de Salud de las Personas de la Dirección de Salud (DISA) Callao, la principal causa del mal uso de los antibióticos en nuestro medio es precisamente la automedicación de estos productos en forma incorrecta y en dosis insuficientes.
