El analista Luis Andía Fernández advirtió que la determinación del gobierno de Evo Morales de mantener la ejecución del segundo tramo de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos generaría serios daños a la ecología por el incremento desmesurado del comercio informal en la zona y la tala de casi medio millón de árboles.
“Aumentaría la presencia de productores de hoja de coca y de colonizadores y se incrementarían las actividades propias de las ciudades como discotecas, bares y cantinas en una reserva natural que fue declarada protegida en la primera marcha de 1990”, explicó Andía en información que publica Radio FM de Bolivia.
Por su parte, el analista Romano Paz planteó que el Gobierno mida no sólo el valor económico del crecimiento de actividades formales y la inversión de la carretera sino también el impacto ambiental en contra de la única reserva ecológica del lugar.
“El Gobierno debe sentarse a dialogar con las comunidades indígenas afectadas y no con otras organizaciones, que no representan a los pueblos indígenas, con quienes debe sincerarse y poner en una balanza que factores son los más favorables a la nación y no sólo a su gestión”, explicó Paz.
Hasta el momento, el Gobierno no da a conocer los proyectos y la inversión que realizará para preservar los impactos que causaría la construcción de la carretera, fuera del medio millón de árboles que serían talados para el paso del segundo tramo.
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