No hay agua. Esta es una frase temida por todos, pues sin agua no hay vida: no se pueden cocinar los alimentos, realizar el aseo personal, regar las plantas, y un largo etcétera. Al respecto, abordaremos un estudio alertando por el cambio climático las ciudades del país tendrían una significativa reducción de acceso al agua potable; así como también detallaremos iniciativas encaminadas a disminuir ese riesgo. El cambio climático nos presenta un nuevo reto que implica unir voluntades para evitar escenarios a futuro que lamentar.
Entre los años 2036 y 2065, la disponibilidad de las cuencas que aportan agua a las empresas prestadoras de servicios de saneamiento (EPS) para abastecer del líquido elemento a la población de las ciudades se reduciría hasta en un 25%, a raíz del cambio climático. Así lo registra un estudio elaborado por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) y la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass).
Al respecto, Luis Acosta, director de la Dirección de Ámbito de la Prestación de Sunass, recordó que la escasez hídrica tiene tres causas: crecimiento explosivo de las ciudades, la degradación de ecosistemas que proveen agua a las cuencas y el cambio climático. Sobre este último punto se vio el comportamiento de las lluvias en las cuencas en proyecciones del Senamhi. «En gran parte de las cuencas que abastecen de agua a las ciudades, especialmente en la vertiente del Pacífico, va haber una reducción de las lluvias», advirtió.
Para hacer frente a la escasez de agua potable en ciudades
Para contrarrestar el posible desabastecimiento de agua potable mencionado y asegurar su provisión para la población, la Sunass establece que las EPS destinen un porcentaje de la tarifa de agua y alcantarillado para la recuperación y conservación de fuentes de agua a través de proyectos de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos Hídricos (Merese–H).
Esta iniciativa busca conservar o recuperar las fuentes naturales para la provisión de agua potable para el servicio de saneamiento en las ciudades, las actividades propuestas están orientadas a impactar en la regulación hídrica para disponer de más agua en los periodos de estiaje (poca lluvia) y para el control de sedimentos, lo cual implica agua de mejor calidad y ahorro considerable para las EPS en costos de limpieza y potabilización.
Acosta detalló que cada empresa debe presentar sus propuestas para implementar los Merese–H como parte de su plan maestro optimizado, que al ser evaluado por la Sunass establece la tarifa del servicio de agua y saneamiento. Citó que dentro de esa tarifa se genera una reserva para los Merese-H, es decir, una parte de ella se destinará a las propuestas de conservación de fuentes de agua. Esto requiere trabajar un diagnóstico hidrológico que tienen que hacer las empresas, identificar el problema de degradación en la cuenca, las comunidades para hacer los acuerdos y acciones de intervención.
El funcionario precisó, además, que la Sunass ha logrado que 43 de las 50 EPS que regula cuenten con fondos Merese-H. Las reservas en conjunto suman S/138 millones como proyección; de esa cifra ya se ha recaudado un total de S/38 millones. Unos S/16 millones pertenecen a proyectos ejecutados o en ejecución de parte de unas 12 empresas, informó Acosta.
Cabe citar que la Sunass proyecta que, en los próximos tres años, las siete empresas prestadoras restantes incorporen en sus tarifas los Merese-H, con lo cual se lograría que las 50 EPS existentes cuenten con reservas para recuperar y conservar las fuentes y así garantizar la sostenibilidad del servicio de agua potable y alcantarillado en las ciudades.
Sobre los proyectos citados, dijo que trabajan acciones de conservación como la construcción de cochas, de zanjas de infiltración, recuperación de amunas, conservación de pastos altoandinos, restauración de humedales andinos, restauración de bosques, acciones de reforestación con especies nativas. «En la restauración de bosques y pastos lo que buscamos es una cobertura vegetal que ayude a proteger el suelo, ya que es considerado el principal reservorio que almacena agua naturalmente en las cuencas», resaltó.
Un llamado para unir fuerzas
Acosta resaltó que las acciones comentadas involucran a las empresas y comunidades en acciones que ya se realizan en los últimos años. Anotó que alrededor hay una serie de entidades públicas y privadas que contribuyen a ese acuerdo para sumar a la conservación. Resaltó que es un modelo que anda bien en varias ciudades y requiere ser fortalecido para que siga avanzando, por ello urge que otros sectores como las industrias, hidroeléctricas, regantes, etc, se unan a este esfuerzo de conservación de cuencas. Esto es necesario pues la necesidad de conservar es bastante grande, afirmó a INFOREGIÓN.