Los días de fama para los productores de café de calidad de Sandia ya pasaron. Hoy se vive una grave situación por el ataque de la roya amarilla, tanto en Tambopata (Yanahuaya, San Juan del Oro y San Pedro de Putina Punco) como en la cuenca del Inambari. La producción ha caído más de 80%.
Lejos están los años 2002-2011 cuando se acopiaron 94 010.55 qq/de 46 Kg. a nivel de Cecovasa Ltda. La mayor parte de la producción va al mercado internacional, con ingresos de US$ 4 685 936.13, y representan el 96.85% de las ventas. En tanto, el mercado local compró US$ 152 283.35, y representa el 3.15%.
El total de café no orgánico es de 71,166 qq y representa el 94.90% de la cantidad exportada. El orgánico es de 3 825 qq, representando el 5.10% de lo exportado. Los precios del café orgánico alcanzan US$ 140 por quintal.
En la campaña 2002-2003 se colocó al Comercio Justo 5 737.50 qq de café no orgánico y 3 375.00 qq de orgánico. El Comercio Justo representa el 12.51% del volumen exportado; y en cuanto al porcentaje de ingresos, el 25.82%.
La colocaciones al Comercio Justo han crecido en el mercado americano con los compradores Equal Exchange y Starbucks Coffe Company (sólo compran café orgánico), consiguiendo, un precio total de US$ 610 009.54 por café especial US$ 388 145.19 y US$ 221 864.35 por no orgánico.
Son cifras que difícilmente se volverán a alcanzar en estos tiempos, a no ser que se brinde un apoyo fuerte y sostenido para recuperar la producción, a través de mayor inversión y asesoría técnica que aleje el fantasma de la hoja de coca.
HOJA MALDITA
Es cultivada desde tiempos incaicos, pero antes de los años 70 empieza a crecer mucho más en el valle de Alto Inambari-Masiapo, fundamentalmente en Isilluma, Rio Blanco, Santa Elena, Cuchine y Pampa Yanamayo.
A inicios del 2014, la administración de Enaco decide cerrar la oficina de Sandia ya que no justificaba los gastos administrativos, y se repliega a Juliaca. En octubre de ese mismo año hay un tímido intento de retornar, se reabre la oficina, pero los productores deciden no entregar ni un solo kilo. Enaco se vuelve a retirar.
En noviembre, Perú suscribe un convenio con Bolivia para erradicar la hoja de coca en zona fronteriza, hecho que llevaría al CORAH a ingresar al valle de San Pedro de Putina Punco y San Gabán (provincia de Carabaya).
Como resultado, los cocaleros se comprometieron entregar su cosecha a través de sus comités. Lo cierto es que más allá de la entrega, no existe iniciativa de disminuir la producción.
Cabe destacar que la hoja de coca es procesada en las mismas zonas de producción, para luego ser entregado en su mayor porcentaje a los cárteles bolivianos y, en menor medida, para los uruguayos y brasileros.
MINERÍA ILEGAL
Sandia es un mendigo sentado en un banco de oro. Principalmente el distrito de Alto Inambari, donde la minería ilegal avanza, con el impacto que ello genera. Han llegado mineros ilegales de puerto Maldonado y de Ananea, operan en el rio Inambari, desde el puente San José hasta Tres Remolinos (kimsa remulinyuj).
Ingresaron el 2011 con maquinaria pesada, cargadores frontales, retroexcavadoras y volquetes; instalando ‘chutes’ en toda la ribera y depredando la cuenca hasta afectar cultivos de frutales y café. Hoy usan dragas para la explotación del oro, y mucho mercurio. Todo eso ha generado destrucción. Los peces nativos han desaparecido.
¿Y el Estado? Bien, gracias. Solo en el 2013 impulsó un proceso de interdicción, que no logró su cometido. Lo que más hicieron fue bombardear una retroexcavadora, en el sector de Mayuhuanto- Masiapo.
Consecuencia de todo esto es el incremento delincuencial, los permanentes asaltos y muertes por arreglo de cuentas, sin que nadie diga o haga algo. Igualmente, el uso de explosivos, perforadores y mercurio. Los venenosos relaves van directamente a los riachuelos y ríos.
BITÁCORA
Hoy, los mineros ilegales cuentan con el respaldo de los Fiscales del Medio Ambiente de Puno y Juliaca, que ignoran las quejas de la población; y de ciertos elementos de la Policía Nacional.
Las rondas campesinas también estarían de su parte. La producción del oro es vendida a intermediarios y contrabandistas que trasladan el mineral hacia Bolivia, donde el precio oscila entre 125 a 150 soles por gramo. En Sandia se compra a 90 soles.