Actos sin impunidad: La insurgencia aparece una vez más

BARRANCO. En Lima, los insultos no cesan. Hace unos días, la librería “Book Vivant” sufrió la ira de dos mujeres que acusaban de ‘terroristas’ a este local por vender el último libro del expresidente Francisco Sagasti. “¿Es posible que la mejor calle de San Isidro acepte que Sagasti venga acá? No se trata de libertad de expresión. ¡Son terroristas!”,

‘La Primera Parada’, restaurante donde el expresidente y el escritor Santiago Roncagliolo planeaban brindar un conversatorio, sufrió la ira de diversos grupos extremistas que señalaban exactamente lo mismo. “La Resistencia” y “Los Combatientes del Pueblo” acudieron a insultar al ex jefe de estado y a aquellos que se presentaron a la firma de este nuevo libro, siendo insultados y hasta atacados físicamente para que no compren la publicación.

“[Estamos aquí] porque no queremos que Sagasti presente su libro”, decía orgulloso Jose Luis García, miembro del grupo apodado “Los Combatientes del Pueblo”. Otro manifestante de “La Resistencia”, identificado como Álvaro Francisco Subiria Alegría le gritaba a los asistentes mientras levantaba los dos dedos del medio, que por venir a la firma de libros “iban a terminar comiendo basura”. A quien escribe esta nota, Subiria le diría “femiburra”, solo por grabar lo que estaba aconteciendo. 

Terrorista, comunista, golpista, traidor y asesino. Fueron las principales palabras que los grupos extremistas gritaban en contra del ex jefe de Estado. Por otro lado, un vehículo con la placa AUD-714, la cual pertenece a la compañía piurana ABC Corredores de Seguros S.R.L, empresa que tiene como apoderado al ex aspirante a congresista por Avanza País en las últimas elecciones, Jorge Eduardo Seminario Salazar, se paseaba por las calles de Pedro de Osma con el sonido de la canción “Rata de dos patas”, ¿a quién le estaban dedicando esas letras de la autora Paquita la del barrio? La respuesta es fácil de deducir, pero ¿quiénes son estos grupos extremistas que parecen tener impunidad frente a los actos violentos que continúan aconteciendo?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Son intocables?

Primer acto. Atacando a la memoria. 10 días después de ser asesinados durante la represión policial en el Centro de Lima, el mural que inmortalizaba a Inti Sotelo y Bryan Pintado fue vandalizado y dañado por sujetos que descendieron de un vehículo portando baldes con pintura, rodillos e incluso cascos de protección. Los sujetos, con gorras y mascarillas usaron el vehículo de placa BDV-709, cuya propiedad era Lucila del Pilar Olivos Portuguez, quien, de acuerdo al Registro de Organizaciones Políticas (ROP), aparece como militante de Fuerza Popular (FP) desde el 30 de septiembre del 2020. Además, en diversas fotos publicadas en Facebook, aparece al lado de los principales miembros del grupo “La Resistencia”. 

Segundo acto: Combatiendo a la prensa. Hace unos meses, personas allegadas al colectivo de ultraderecha “La Resistencia” emitieron mensajes vía Twitter llamando a realizar actos violentos contra el periodista Jaime Chincha, conductor del programa de RPP “Nada está dicho”. En los mensajes, se leía el llamado de averiguar la dirección de la vivienda del periodista, con el fin que los miembros del grupo derechista vayan y le den “un susto”, por condenar los actos que este grupo extremista emite contra personas de otras tendencias políticas. También incitaron la campaña “Chapa tu caviar”, donde pedían que se agreda a figuras como Juliana Oxenrford, Renato Cisneros, Gustavo Gorriti, entre otros. 

Asimismo, también acosaron a  una reportera de Canal N, Fátima Chávez, cuando ella realizaba la cobertura de la manifestación de simpatizantes de Fuerza Popular que intentaban llegar hasta Palacio de Gobierno, esto debido a los resultados de las elecciones presidenciales en segunda vuelta. Un individuo, de manera agresiva, le gritó a la joven reportera y le propinó un empujón. 

Tercer acto: El fraude de los caviares. Este grupo de extrema derecha ha participado en diversas manifestaciones en contra del Gobierno de Pedro Castillo, pues aseguran que las elecciones pasadas fueron fraudulentas e irregulares. En julio, con la finalización de las actas contabilizadas de la ONPE,  integrantes de “La Resistencia” realizaron un plantón en los exteriores del domicilio del jefe de esta identidad, Piero Corvetto. Con matracas y banderolas, cerca de 80 miembros del grupo, afines a Fuerza Popular, hostigaron durante más de dos horas al funcionario y le pidieron entregar el padrón electoral. ¿Cómo se llama la obra? 

 

Está confirmado que este grupo está vinculado a Fuerza Popular. En la primera vuelta de las últimas elecciones presidenciales, apoyaron a Rafael López Aliaga, quien en diversos momentos llamó “mermeleros” a periodistas y “caviares” a quienes no defienden el supuesto ‘fraude’ y asegurando que vivimos en un país lleno de “comunistas” y “terroristas”. El día de ayer,  Roger Ayachi Soria, actual líder de otro grupo apodado “Los Combatientes”, acusó a René Gastelumendi de ser un “mermelero”, adjetivo que diversos políticos y seguidores de la derecha extrema han emitido en diversos programas de televisión nacional.

“Los Combatientes” incitan a la violencia y participan en protestas a favor de la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori. Además, durante el primer año de la pandemia, este colectivo organizaba protestas contra las cuarentenas e incentivaba el consumo del dióxido de cloro, un compuesto químico potencialmente peligroso para la salud. 

El acto final fue la piedra que derramó el vaso. La noche de ayer, la policía formó un cerco para que Francisco Sagasti pueda retirarse del restaurante barranquino. A su salida, diversos manifestantes de estos grupos extremistas continuaban gritando e insultado al expresidente. Además, arrojaron un huevo cerca del vehículo policial encargado de trasladarlo, incluso los afiliados a estos colectivos agarraron piedras con el fin de ser lanzadas. Aunque no hubo heridos, las agresiones de las que estos grupos son capaces es de terror. 

 

Antes de ser retirado del cargo, el ex ministro de Interior, Juan Carrasco, solicitó que se inicien investigaciones contra los colectivos de extrema derecha, tras las consecuentes denuncias de agresión en su contra. “Frente a estos hechos, he dispuesto que se realice una investigación a la presunta organización criminal autodenominada La Resistencia, cuyos integrantes han amenazado y hostigado reiteradas veces a diversos ciudadanos y funcionarios públicos del Estado Peruano”, expresó el ex encargado del Mininter a través de su cuenta de Twitter. Sin embargo, tal parece que ningún cargo ha sido presentado en contra de estos colectivos, pues sus manifestaciones violentas continúan a flor de piel. 

Según el artículo 151-A del Código Penal, las acciones de acoso se sancionan hasta con cuatro años de cárcel. La norma castiga a quien “vigila, persigue, hostiga, asedia o busca establecer contacto o cercanía con una persona sin su consentimiento, de modo que pueda alterar el normal desarrollo de su vida cotidiana. ¿Las manifestaciones violentas a las afueras del restaurante “La Primera Parada” no constituyen el delito de acoso? ¿Por qué no se detuvo a ninguno de los miembros que incitaron la agresión a las afueras de este local? ¿Las autoridades no vieron la piedra y el huevo lanzados al vehículo policial?

A estas grandes preguntas, le sobran grandes interrogantes. La impunidad es una realidad que continúa como una  posibilidad en el Perú. Imaginarlo distinto no parece una tarea fácil. Y el que piense distinto, ¿podrá lanzar la primera piedra sin ser sancionado?, sino es así, que «resista”. 

*Texto, fotos y videos por Gabriela Coloma / Inforegión