La relatora especial de la ONU sobre el tráfico de personas ante el Consejo de Derechos Humanos, Joy Ngozi Ezeilo, informó que El tráfico de seres humanos es una actividad criminal que registra «uno de los crecimientos más rápidos» a nivel mundial.
En el informe, la abogada estima que 2,5 millones de personas son víctimas de ese «comercio global», que afecta a «casi todos los países del globo, tanto si son fuente como si son países de tránsito o de destino» del tráfico de seres humanos.
La jurista nigeriana citó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, para afirmar que 1,2 millones de niños son objeto de ese tráfico anualmente, tanto entre países como dentro de la misma nación.
«Desde el punto de vista económico, el tráfico de seres humanos se ha convertido en un comercio global que proporciona enormes beneficios a los traficantes y al crimen organizado», afirmó Ngozi Ezeilo, para quien el fenómeno «se rige por las mismas fuerzas de la globalización de los mercados».
Asimismo, el documento señala que la mayoría de las víctimas del tráfico internacional de seres humanos son mujeres y niños de bajo nivel socio-económico. Del mismo modo, el texto señala así que la mayoría de ese tráfico se lleva a cabo desde los países en vías de desarrollo hacia las naciones más ricas.
Según la relatora especial, los estudios ponen de manifiesto a menudo los fines de explotación sexual del tráfico de seres humanos pero éste también tiene «otros aspectos importantes, como el trabajo forzado, la esclavitud o la extirpación de órganos».
Al respecto, Ngozi Ezeilo deploró «la ausencia de estadísticas sistemáticas y fiables» que permitirían delimitar «un fenómeno complejo y aún más insidioso por su naturaleza clandestina».