Tres pistoleros fuertemente armados asesinaron en la medianoche del domingo, y en una acción típica de los sicarios del narcotráfico, a un hombre identificado como Erick Flores Ramírez (29 años), que, según versiones extraoficiales, sería un conocido “traquetero”, encargado de trasladar la droga por encargo de una firma de narcotraficantes.
El crimen fue realizado en la avenida José Carlos Mariátegui, en el populoso Centro Poblado de Castillo Grande, en Tingo María, en momentos en que la víctima salía de un bar cercano donde había tomado licor con sus amigos y se dirigía a su domicilio.
En ese momento, aparecieron dos motocicletas desde donde le dispararon a quemarropa y sin mediar palabra alguna. Flores Ramírez murió en el acto, con cuatro balazos en la cabeza y otro más en el pecho a la altura de la axila izquierda.
La sangre fría de los asesinos fue evidente en todo momento. Antes de disparar a su victima, se tomaron su tiempo y despejaron la zona de los curiosos. Luego de cometido el crimen, levantaron el cuerpo de su víctima y lo depositaron unos metros más allá, en la puerta de su domicilio.
Fuentes policiales precisaron que por la modalidad de asesinato, se trataría de un ajuste de cuentas entre dos firmas de narcotraficantes que operan en la zona y que al parecer ya no sólo se encuentran en las zonas rurales sino que han trasladado su accionar a la zona urbana
Algunas fuentes aseguraron incluso que la víctima habría recogido recientemente unos 100 kilos de clorhidrato de cocaína por encargo de una de las firmas de narcotraficantes y que no habría cumplido con efectuar el pago correspondiente, lo que en el mundo de la mafia significa una muerte segura.