Luis César Costa, gerente general del consorcio Gasoducto Sur Peruano, constituido por las empresas Odebrecht y Enagás; informó que se están acelerando los trámites para reducir el tiempo de construcción del ducto, el cual estría listo a inicios del 2018.
“Vamos a reducir el tiempo significativamente. Entrará en operación a inicios de 2018 para beneficio de las familias”, afirmó Costa en la sesión descentralizada de la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República que sesionó en Cusco el viernes pasado, y en la cual también participó el ministro de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga.
El gasoducto transportará el gas desde Camisea, en la ceja de selva de Cusco, hasta la costa (Ilo), recorriendo mil 134 kilómetros para lo cual se efectuará una inversión de US$ 7,328 millones. De acuerdo al contrato firmado entre el Estado y el consorcio ganador de la buena pro, el gas debería llegar a las regiones del sur en marzo de 2019.
El proyecto consiste en la construcción de un gasoducto y poliducto desde Malvinas al Punto de Derivación que refuerza el actual sistema que transporta el combustible a Lima (Tramo B). El gobierno lo denominó zona de seguridad energética.
Luego, desde el denominado Punto de Derivación se tenderá el gasoducto de 32 pulgadas hasta Urcos, provincia de Quispicanchi, en Cusco (Tramo A1), y luego seguirá hasta Ilo (Tramo A2). Adicionalmente se construirán dos ramales hacia Quillabamba, capital de La Convención, y a la Ciudad Imperial. Un tercer tramo será la construcción de los gasoductos regionales hacia Arequipa, Moquegua, Tacna y Puno, según informó Proinversión.
Según informó el ejecutivo del consorcio, la empresa tiene previsto tender los primeros 70 kilómetros de tubería a diciembre de 2016, y un año después completar el tramo A2.