Por faltas de pruebas la Sala Penal Nacional absolvió a los militares acusados de los asesinatos de doce personas en las localidades de Parcco Alto y Pomatambo, en la provincia ayacuchana de Vilcashuamán.
En la sentencia, emitida el 22 de noviembre, tras 24 años de espera, se reconoce sin embargo que los asesinatos no se produjeron en un enfrentamiento entre los militares y pobladores como sostuvieron los acusados y se evidenció que los restos fueron calcinados y enterrados en distintos lugares a fin de ocultar el delito.
Los jueces superiores Ricardo Brousett, Clotilde Cavero y Jimena Cayo consideraron que los asesinados no eran miembros de ninguna organización terrorista como el Ejército quiso hacer creer ni bien sucedieron los hechos en octubre de 1986.
La Sala reconoció asimismo la existencia del Plan Operativo “Despedida 2” que tuvo como finalidad la incursión de las patrullas del Ejército en ambas localidades.
Exceso militar
Sin embargo a la hora de emitir sentencia, los miembros de la Sala concluyeron que lo sucedido en Parcco Alto y Pomatambo sólo fue el resultado de un exceso de las fuerzas del orden.
Los militares absueltos de los cargos de asesinato, en agravio de pobladores de Parcco Alto y Pomatambo son Carlos Armando Bardales Angulo, Miguel Marco Antonio Becerra Urbina, Segundo Estela Araujo y el (ex PIP) Roberto Espinoza Batistini.
La misma sala ha reservado el juzgamiento de los reos ausentes Dante Retamal Guerra y Agustín Tuya López, a quienes los absueltos han responsabilizado por lo sucedido durante el juicio oral.
El Fiscal Superior Víctor Cubas Villanueva, quien solicitó 20 años de pena privativa de libertad para los acusados, interpuso de inmediato recurso de nulidad contra la sentencia emitida, a fin que sea evaluado por la Corte Suprema, donde los familiares de las víctimas esperan obtener justicia.
Como ocurrió la matanza
De acuerdo con la acusación fiscal, la noche del 22 de octubre de 1986, las patrullas del Ejército “Báyer” y “Búfalo”, de la base militar de Vilcashuamán, incursionaron en la localidad de Pomatambo y dieron muerte al presunto subversivo “Cazely”.
Luego, ilegalmente, ingresaron a diversos domicilios y detuvieron a los comuneros Eusebio Najarro, Teodoro Castillo, José Fernández, Manuel Remón, Timoteo Bautista, Jacinto Gutiérrez y Antonio Najarro , quienes se encontraban preparando un campeonato deportivo.
Los detenidos fueron conducidos por los militares a la localidad de Parcco Alto, donde incursionaron, la mañana del 23 de octubre del mismo año.
En dicho lugar, los militares dieron muerte a los 7 detenidos de Pomatambo y también a Donato Ramírez Rivera, Hilda Buitrón Gutiérrez, Reynaldo Ramírez Buitrón y a los menores Mario Ramírez Castillo de 8 años y Eugenia Ramírez Castillo de 12.
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