A propósito del Plan Nacional para la Formalización de la Minería Artesanal en el Perú

CooperAcción. Entre los gremios nacionales de mineros artesanales que existen en el país se ha generado mucha expectativa por el D.S. 013-2011 del Ministerio de Energía y Minas (MINEM): “Plan Nacional para la Formalización de la Minería Artesanal” (PNFMA). Sin embargo, vale la pena examinar varios aspectos de dicho plan y reflexionar sobre la temporalidad, responsabilidades otorgadas, perspectivas  y la naturaleza de  varios de los aspectos propuestos.

Con fecha 30 de marzo de 2011, el diario El Peruano publicó el D.S. 013-2011 del MINEM que aprueba el PNFMA. Esta aprobación obedece al proceso implementado por la Comisión Técnica Multisectorial (creada por D.S. 045-2010-PCM y publicada el 8 de abril de 2010), encargada de la elaboración y seguimiento de la implementación del PNFMA. La Comisión Técnica Multisectorial es dirigida por la Oficina de Gestión de Conflictos Sociales de la Presidencia de Consejo de Ministros.

El objetivo del PNFMA es formalizar la actividad minera artesanal en todo el país a través de herramientas de gestión organizativa, técnica ambiental y legal involucrando a los actores sociales de la cadena de valor.

Los resultados que se intentan alcanzar son ambiciosos: la apuesta es que al 2016 se contaría con una actividad minera artesanal formalizada, conformada por organizaciones empresariales privadas fortalecidas, anulación de agentes promotores de informalidad (promotores financieros, acopiadores y plantas de beneficio, entre otros) y el aumento de la suscripción de contratos de explotación minera.

Se propone aprobar hasta nueve dispositivos legales, donde destaca el Programa Especial de Formalización para la Minería Artesanal y la elaboración de un Censo Nacional para esta actividad.

Para lograrlo el PNFMA propone dos grandes componentes: (a) formalización de la actividad y (b) promoción de una actividad minera artesanal sostenible.

El primer componente apunta a fortalecer el soporte institucional para la formalización, agilizar trámites y fiscalizar las actividades informales de las actividades formales, principalmente las de las plantas de beneficio.

El segundo componente propone evaluar los cambios en la focalización de los recursos del canon, establecer herramientas de ordenamiento territorial, mecanismos de solución de problemas laborales y la creación de programas sociales en zonas de minería artesanal.

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