Hace dos años, Alberto Fujimori fue sentenciado a 25 años de cárcel por violación a los derechos humanos, entre ellos las masacres de Barrios Altos y La Cantuta. Gisela Ortiz Perea, hermana de uno de los estudiantes asesinados en la Universidad Enrique Guzmán y Valle, Enrique Ortiz Perea, afirma que la sentencia fue un logro que hoy corre peligro.
“Es un logro después de una larga lucha defendida por las familias de los estudiantes, organizaciones de derechos humanos nacionales y extranjeras, así como periodistas que levantaron la voz. Sin embargo, esto no ha sido valorado por la sociedad. Los fujimoristas siguen presentando una historia distinta a la que ocurrió el 18 de julio de 1992”.
En entrevista para INFOREGION, afirmó que desde 1992 las familias de las víctimas han denunciado la responsabilidad de Fujimori a través de todos los medios legales hasta que el aparato de defensa lo sentenció a 25 años de cárcel. Pero esta sentencia también ha perdido el sentido de la justicia, porque el lugar donde Alberto Fujimori está cumpliendo condena ha sido creado para este fin.
“No negamos su condición de ex jefe de Estado, pero no podemos negar que fue sentenciado por graves crímenes y violaciones a los derechos humanos, además de delitos de corrupción que afectaron a todos los peruanos”, afirmó Ortiz Perea.
Sienten que existe complicidad del Gobierno Aprista para callar las denuncias desde los medios de comunicación y desde los familiares para no darnos una respuesta de lo que está pasando.
La hermana de Enrique Ortiz Perea manifiesta que hoy, el espacio donde se encuentra Fujimori se amplió poco más de 2 mil metros y puede recibir visita en cualquier momento. Así, se habría tergiversado el sentido de la restricción porque son beneficios que no contempla la ley y que atropella la memoria de las víctimas.
“Como peruana es una vergüenza que la hija de un asesino y un corrupto postule para ser presidenta de nuestro país. Su campaña está basada en la mentira y en la desinformación y en mostrarse como víctima, lo cual no son. No habría una distinción entre lo que hizo Fujimori y lo que quiere hacer ahora el fujimorismo”, sostiene.
Agrega que se encuentran los mismo personajes de la década de 1990, que defendieron a Montesinos, que se coludieron con los crímenes del Grupo Colina, que votaron a favor de las leyes de amnistía y que dijeron que los jóvenes se habían autosecuestrados. “El peligro mayor sería la liberación de Alberto Fujimori o el cogobierno de Keiko y su padre, y quien sabe la liberación de Montesinos”.