De un tiempo a esta parte, los países del primer mundo, aquellos que tienen casi siempre lo último de la tecnología en todos los campos, lidian con una nueva amenaza: Los residuos tecnológicos.
Aunque está muy lejos de tener el nivel de desarrollo de China, India, Alemania o Estados Unidos, el Perú no es ajeno a este problema ya que el 85% de las computadoras usadas que importa, vuelve a usarse, según un informe de la reconocida revista América Economía.
Datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente reportan que el volumen de la basura tecnológica está aumentando tres veces más rápido que los residuos urbanos.
Esta crisis medioambiental en ciernes la protagonizarán países emergentes como China, India, Brasil y México. Los expertos calculan que para 2020 el volumen de los residuos de computadoras crecerá 500% en India respecto de 2007; y en China y Suráfrica, 400%.
Pocos son los países latinoamericanos que han desarrollado legislación sobre el tratamiento de los residuos tecnológicos. Costa Rica es uno de ellos. La Ley General de Residuos, aprobada en 2010, obliga a las empresas productoras a recibir artefactos en desuso mientras que la legislación de México lo califica como desechos especiales.
Colombia, por su parte, es la nación con una reglamentación más reciente. Basado en el principio de la Responsabilidad Extendida del Productor, la responsabilidad del fabricante se prolonga hasta el fin del ciclo de vida del producto.
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