Conocida como la Capital de la Biodiversidad del Perú, Madre de Dios parece una tierra bendita por su gran variedad de flora y fauna, y porque es la única región del país en donde el oro se encuentra en los cauces de los ríos y en las terrazas de los bosques.
Pero Madre de Dios parece también maldita a causa de la intensa actividad de los mineros informales. Estos no solo causan estragos en la naturaleza sino que parecen atraer todos los males: contaminación, deforestación, explotación de menores, prostitución infantil, trata de personas, enfermedades de transmisión sexual, etc.
Basta citar que hasta el momento, se han perdido 18 mil hectáreas de bosques, tal como lo revela este informe televisivo.
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