Cuerpos de pobladores fallecidos en Río Seco fueron trasladados a sus comunidades de origen

Ayer en la noche, en medio de profundas escenas de dolor, el cuerpo de Rosa Chávez Sihuicha, quien falleció luego de una incursión militar en la comunidad de Río Seco, en Vizcatán, fue recogido por un grupo de familiares que llegaron hasta la Oficina Defensorial de Ayacucho para darle cristiana sepultura en su tierra natal ubicada en el distrito de Huayllay, en el departamento de Huancavelica.
 
Hoy en horas de mañana, los restos de Alejandro Pichardo Fernández, José Félix Canchaya Rimachi y Maximiliano Pichardo Fernández, quienes murieron junto a Rosa Chávez Sihuicha, fueron trasladados al frontis de la Basílica Catedral de Ayacucho para recibir una ceremonia litúrgica al aire libre y el homenaje de los pobladores.
 
En la ceremonia se hizo presente Lucy Pichardo Fernández y sus tres menores hijos, quienes presenciaron la ceremonia religiosa.


Al acto también llegó Jorge Fernández Mavila, representante de la Oficina de Defensorial de Ayacucho, junto con Nolberto Lamilla, director de la Asociación de Derechos Humanos Paz y Esperanza.
 
Ambos solicitaron garantías para Lucy Pichardo Fernández, sobreviviente de la presunta acción militar que causó la muerte de su esposo y de tres familiares.
 
Norberto Lamilla sostuvo que las necropsias de ley señalan que los fallecidos habrían sido ejecutados extrajudicialmente ya que presentan orificios de bala en la espalda razón, por lo que exigió una exhaustiva investigación.
 
«Lo que exigimos es que se lleve un adecuado proceso investigativo y se identifique y se sancione a los responsables. Nosotros le haremos un seguimiento exhaustivo al proceso y de ser necesario acudiremos a instancias internacionales para alcanzar justicia», sostuvo.
 
Los cuerpos de los familiares de Lucy Pichardo fueron trasladados en una camioneta 4×4 junto rumbo a la comunidad de Pampacoris, distrito de Ayahuanco, en la provincia de Huanta, para recibir cristiana sepultura.
 
Lamentablemente se desconoce el paradero de Moisés Pichardo Pariona, de siete años y de Rosalinda Pichardo Chávez, de apenas un año de edad. Ambos menores desaparecieron junto a sus padres y familiares en Río Seco.