La Policía Nacional a través de las unidades élite del Departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas (DEPOTAD) y la Dirección de Operaciones Especiales (DIROES) dio un duro golpe al narcotráfico al destruir tres laboratorios rústicos de elaboración de pasta básica de cocaína y realizar la incineración de cinco toneladas de insumos químicos, en el valle del Monzón.
La operación de interdicción al narcotráfico se inició en la madrugada con el desplazamiento de personal especializado antidrogas y del Frente Policial Huallaga, quienes se constituyeron al poblado Tazo Grande, donde habían sido detectadas las acciones de los traficantes conocidos con los alias de “Lausaco”, “Willy”, “Cliner” y otros en proceso de identificación.
Acompañados del fiscal William Meneses Gomero, los agentes se desplazaron por la accidentada zona y desafiando las inclemencias del clima lluvioso.
Según pudo conocer INFOREGION, a los 15 minutos de camino lograron hallar el primer laboratorio, de grandes dimensiones,con más de 10 metros de largo.
Metros más arriba encontraron las otras dos instalaciones a menos de 100 metros de distancia entre ellas.
Los tres laboratorios del narcotráfico se encontraban en pleno proceso de maceración de aproximadamente 350 arrobas de coca y cada uno contaba con su respectiva poza de decantación, en donde se hallaba el alcaloide extraído de la hoja.
Tras la destrucción de las instalaciones, los agentes hallaron un almacén donde los narcotraficantes guardaban 1,200 kilos de ácido sulfúrico y 4,000 de kerosene. Por disposición del fiscal los productos fueron incinerados en el mismo lugar.
La población y el narcotráfico
Luego de cumplir su objetivo, las fuerzas del orden se replegaron para su retorno a Tingo María, encontrando que, en actitud abiertamente a favor del narcotráfico, pobladores de la zona habían colocado grandes obstáculos en la vía, entre piedras, troncos de árboles, tachuelas y otros elementos.
Donde se presentó la mayor cantidad de obstáculos en la vía fue en la localidad de Cachicoto, justamente donde se encuentra una base del Ejército Peruano.
Enardecidos pobladores quemaron llantas precisamente al lado de la puerta de ingreso a la base, sin que los militares que se encontraban dentro se dieran por aludidos ni trataran de restablecer el orden en la zona.
Tras sortear los múltiples obstáculos puestos por los moradores de la zona, los agentes policiales pudieron finalmente retornar a su base en Tingo María sin mayor novedad.
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