El Alto Huallaga y el VRAE son los lugares más peligrosos para el ejercicio periodístico

La falta de presencia del estado ha convertido al valle de los ríos Apurímac y Ene, VRAE, en un lugar ideal para el cultivo de la hoja de coca y su posterior transformación en pasta básica y clorhidrato de cocaína, opinó el periodista de investigación del diario La República, Edmundo Cruz.


 


Durante su participación en la videoconferencia «Libertad de Prensa y Ejercicio Periodístico en Zonas de Operación del Narcotráfico y el Terrorismo» que organizó INFOREGIÓN, Cruz Vílchez sostuvo que a esta ausencia se suma las condiciones naturales del VRAE que lo hacen apropiado para la ilícita labor.


 


«La falta de presencia del estado ha convertido al VRAE, por su condición de ceja de selva y territorio feraz, en un lugar ideal para el cultivo de la hoja de coca y su transformación en pasta básica y clorhidrato», opinó el experimentado hombre de prensa.


 


Zonas peligrosas para periodistas


En ese marco, consideró que los hombres de prensa que laboran en la zona lo hacen sin garantías por lo que muchas veces deben realizar sus funciones desde localidades vecinas o cercanas ya que existen comunidades que se hacen casi inaccesibles.


 


“Sin duda el lugar más peligroso para ejercer el periodismo en nuestro país se ubica en las zonas de operación del narcotráfico como el Alto Huallaga y el VRAE «, indicó.


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Sostuvo, en ese sentido, que la cobertura periodística en esos puntos no debe ser aislada sino colectiva, por lo que invocó que prime una enérgica solidaridad que impida que se repitan los lamentables casos de asesinatos a periodistas acontecidos en el país.


 


«Que no se repitan estos casos y eso solamente lo vamos a conseguir actuando en forma solidaria y con una declaración unida y solidaria frente a cualquier amenaza del narcotráfico», finalizó.


 


Las autoridades nos deben una explicación


En otro momento de su intervención, Edmundo Cruz recordó que –a partir del año 2001 – el precio de la hoja de coca se ha venido incrementando constantemente y se ha generado un boom, solamente comparable con Colombia y México, situación que se ha producido ante el silencio de las autoridades.


 


«Ese boom se ha desarrollado en medio del silencio de las autoridades que supuestamente guardan el orden en el valle y que son las fuerzas armadas», resaltó al recordar que en la zona los militares no pueden intervenir contra los narcotraficantes.


 


«Hasta ahora los remanentes de Sendero Luminoso siguen en Vizcatán pero no tenemos la fuerza represiva para acabar con ellos. La permanencia de esa situación hace que se sigan dando partidas extraordinarias y por eso las autoridades nos deben una explicación», reclamó Cruz al precisar que, en el periodo en que las fuerzas armadas han tenido bajo su custodia el VRAE, este  se ha convertido en la mayor cuenca cocalera.