La agricultura ecológica puede ser un arma muy importante en la lucha contra el calentamiento global, afirmaron expertos que ayer participaron en la mesa sobre el cambio climático y su influencia en el medio rural, en el marco de las VI Jornadas Técnicas del Sector Agrario en el Siglo XXI, en Asturias, España.
Representantes de la Oficina para la Sostenibilidad, el Cambio Climático y la Participación, entre otras instituciones, resaltaron la capacidad de la agricultura ecológica no sólo para disminuir la emisión de gases de infecto invernadero, sino también para mitigar sus efectos.
El cambio climático también está afectando a la propia producción agropecuaria, que se ha de adaptar a las nuevas condiciones. Por ejemplo, en Asturias ejercen prácticas que no afectan al cambio climático mediante una producción ecológica beneficiosa a los agricultores y muy valorados por la sociedad.
Las nuevas condiciones climáticas favorecieron la llegada de la *lengua azul* desde África hasta Europa, así como la globalización y la facilidad de tránsito entre países. Por su parte, la buena gestión de residuos en las pequeñas explotaciones y la valorización energética ayudan a mejorar las condiciones climatológicas.
Los expertos remarcaron que la agricultura ecológica «reduce la utilización de combustibles fósiles, la de fertilizantes minerales, el transporte y alimentos concentrados». Por otro lado, estas explotaciones contribuyen al llamado *secuestro del carbono*, es decir, fomentan los pastizales y reforestación, lo que ayuda a que las propias plantas puedan asumir los gases de efecto invernadero.
La actuación del Principado en esta materia consiste en una estrategia puesta en marcha que incluye subvenciones y otras ayudas a las explotaciones que trabajen en esta línea de buenas prácticas para reducir la emisión de gases y favorecer a mitigar los efectos del cambio climático.