Tras casi un mes de la expulsión de los narcotraficantes, en las favelas de Río de Janeiro reina la calma y las empresas que antes evitaban instalarse en esos lugares debido a la violencia, hoy han retornado.
Es así que un resplandeciente árbol navideño en la cima de la favela Alemao de Río de Janeiro se ha convertido en un poderoso símbolo de la reciente liberación de la comunidad de los narcotraficantes armados.
El árbol financiado por un banco importante simboliza algo menos obvio: que las pobladas favelas de Río están abiertas al comercio después de estar parcialmente cerradas durante años por la guerra de drogas.
Luego de casi un mes de que las tropas expulsaran a los traficantes de Alemao y zonas aledañas, los bancos, firmas de servicios y compañías de telecomunicaciones se han sumado a los funcionarios del gobierno para llenar el vacío en la abandonada favela de más de 100,000 personas.
Se piensa llevar la presencia policial hasta todos los bastiones pandilleros restantes para el 2014, año en que Río será la sede de la Copa del Mundo.