Los temas vinculados a la hoja de coca no pueden ser considerados como conflicto social

Los temas vinculados al cultivo de hoja de coca ilegal no pueden ser considerados como conflictos sociales y si eso sucede se estaría convirtiendo a las organizaciones cocaleras en contraparte del Estado o en interlocutores validos  frente al gobierno, señaló el especialista en temas de narcotráfico y seguridad Rubén Vargas, en el programa Diálogo Ciudadano de INFOREGIÓN.

”Si se hace eso estamos convirtiendo a la coca en un elemento que podría considerarse inclusive de naturaleza agrícola, cuando definitivamente la hoja de coca es la materia prima principal para la elaboración de drogas cocainicas” alertó el experto.

Precisó que el problema de la hoja de coca es que más del 90 por ciento termina en los laboratorios de elaboración de pasta básica de cocaína y por ello precisó que «a esos productores de esa materia prima que termina en las pozas de maceración no se les puede convertir  en interlocutores validos frente al gobierno, no podemos convertirlos en contraparte de una agenda que los legitima», señaló   .

Dijo además, que si se va a considerar al problema de la hoja de coca como un conflicto social, vamos a observar que el gobierno tendrá que negociar con aquellos personajes que están cultivando una materia prima a sabiendas que ese producto va a terminar en las pozas de maceración de droga.

Marco legal lo prohíbe

En ese sentido señaló que no  hay que olvidar que hay un marco legal vigente que prohíbe cultivar o tener nuevos cultivos de hoja de coca. «Eso no se esta cumpliendo, las organizaciones cocaleros y los campesinos tienen cultivos cuando hay una ley que lo prohíbe» indicó Vargas.

El especialista recalcó que no ayuda en nada a la lucha antidrogas el convertir en interlocutores validos, en contraparte de una agenda a los productores de un cultivo ilícito.

Precisó que con ello» se estaría legitimando y dándole cobertura legal y hasta política a un sector, que, ya lo hemos visto en la operación policial “Eclipse 2010”, tiene a muchos de sus dirigentes formando parte de una organización terrorista, de tráfico de drogas y de negocios que están al margen de la ley».

Vargas recordó que muchos de esos dirigentes en algún momento se sentaron con funcionarios del gobierno para discutir supuestos temas que tienen que ver con el problema de la hoja de coca.

«De ninguna manera el gobierno  ni ningún funcionario puede  sentarse en una mesa de negociación con personas que pertenecen a grupos terroristas o que obedecen a los intereses del narcotráfico, porque entonces estaríamos legitimándolos y aceptando que se tiene que negociar con el terrorismo y el narcotráfico» recalcó.

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