Divorcio entre bases cocaleras y agricultores se debe a promesas irrealizables de los dirigentes

El analista en temas de subversión y narcotráfico, Rubén Vargas resaltó hoy que se viene produciendo un divorcio entre los agricultores que cultivan la hoja de coca y los dirigentes cocaleros. 
 
Vargas lamentó la situación que atraviesan las organizaciones cocaleras del Huallaga y precisó que tiene sus orígenes hace varios años cuando los dirigentes sacaron provecho político y económico de los campesinos de la zona.
 
«Es lamentable el divisionismo que está pasando en las organizaciones cocaleras del Huallaga, especialmente las de Aucayacu; sin embargo, este no es de ahora sino que se viene arrastrando desde tres o cuatro años atrás cuando los dirigentes cocaleros de manera irresponsable se aprovecharon política y económicamente del campesino cocalero», declaró Vargas Céspedes a INFOREGIÓN Tingo María.
 
Jugaron con las expectativas de los cocaleros  
Para Vargas, el conflicto nace en el momento en que los dirigentes de los diferentes gremios cocaleros jugaron con las expectativas del campesinado, y les ofrecieron empadronamiento y legalización de sus cultivos.
 
«Han jugado con las expectativas de los cocaleros vendiéndoles la promesa de que iban a ser empadronados, que se iban a legalizar sus cultivos,  que iban a tener una nueva ley de la hoja de coca, que iban a sacarla (a la coca) de la lista numero uno de la convención de Naciones Unidas sobre estupefacientes y, en fin, una serie de incumplimientos irrealizables», detalló.
 
Añadió que el trato desigual que se brindaba la dirigencia durante sus periplos hacia Lima con relación a los campesinos en años anteriores, ha alimentado la sensación de falta de representatividad ante estos gremios.
 
Dijo, al respecto, que el paso de los años y el incumplimiento de todas las promesas que sirvieron para engañar al cocalero han traído sus consecuencias.


«Este tipo de cosas son las que están provocando este divorcio irreconciliable entre las organizaciones cocaleras, sus dirigentes y, por supuesto, está originando que en localidades como Aucayacu o Tingo María existan varias organizaciones que se irrogan el sector cocalero», puntualizó.
 
Ejecutivo debe evaluar con que representantes dialogará  
Más adelante, el analista indicó que el problema de representatividad entre los gremios cocaleros debe mantener alerta al ejecutivo y debe ser tomado en cuenta al momento de decidir con qué representantes se entablará el anunciado diálogo con el Presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon.
 
«Si va a hacerlo (dialogar) con una de las facciones, la otra no va a reconocer el acuerdo. Si va a negociar con los dirigentes que siempre han estado en la CONPACCP (Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de la Cuencas Cocaleras del Perú),  las otras federaciones de cocaleros no van a reconocer ese acuerdo», precisó.
 
«Hay un fuego cruzado tan fuerte que creo que el ejecutivo va a tener serias dificultades en encontrar a los verdaderos interlocutores y encontrar con quien negociar y llegar a acuerdos para que no se sigan dando acciones de fuerzas», agregó.
 
Dirigentes aprovechan  para fabricar futuras candidaturas  
Vargas consideró, más adelante, que algunos dirigentes cocaleros aprovechan su cargo para «fabricar futuras candidaturas» políticas.


Dijo que esta situación perjudica a la región Huánuco, a la población y – principalmente – a los campesinos cocaleros que nunca verán resueltos sus pedidos.
 
Se preguntó, debido a ello, si las actuales cabezas de los gremios cocaleros se comprometerían a firmar ante el pueblo un compromiso en que aseguren que no pertenecerán u organizarán acciones o movimientos con miras a las siguientes elecciones municipales y regionales.
 
«Si firmaran eso, si se comprometieran a no aprovecharse políticamente de los campesinos, se estarían acercando a recuperar la confianza del cocalero, pero no se si eso sea realizable», finalizó.