Se acentúan problemas de organización para el reparto de ayuda

Así como en el aspecto de seguridad, continúan también las dificultades de organización para repartir la ayuda a los damnificados. Pese a que en Pisco se han organizado nueve centros de distribución en los alrededores de la plaza principal, los pobladores de los barrios periféricos denuncian que los alimentos, abrigo y el agua no llegan ni a sus barrios ni a las zonas rurales.


Consciente de este grave problema, el presidente Alan García ha puesto énfasis en el tema de seguridad en sus declaraciones públicas y ha asegurado que el orden público en las provincias afectadas por el terremoto está asegurado en un 90 % por más de 1 200 militares y 1 000 policías que han sido destinados a la zona.


Aseguró asimismo que la ayuda será repartida en helicópteros para llegar a caseríos y pueblos alejados. De hecho, ha sido un acierto la presencia del presidente de la República al mando del conjunto de las operaciones de emergencia, como el traslado a la zona de la Fuerza Armada, la llegada de víveres, ropa, agua y maquinaria para atender la emergencia, así como la solidaridad del país entero y de la comunidad internacional.


Pero continúa evidente la desorganización en las operaciones de rescate, una mala y tardía distribución de alimentos y ayuda, cuellos de botella sin resolver en la carretera Panamericana, en las entradas a Chincha y Pisco, ausencia de ayuda en los distritos de la periferia y zonas rurales, y evidentes problemas de seguridad ciudadana por falta de una mayor cantidad de patrullaje policial y militar