A cuatro días del terremoto que sacudió el país y dejó más de 500 muertos en el departamento de Ica, continúa el problema de inseguridad en la zona agravado por las evidentes contradicciones entre las versiones de la policía, que asegura que todo está bajo control, y las de la propia población, que denuncia saqueos y falta de control en carreteras y distritos.
Para el jefe de operaciones especiales de la Policía Nacional, general Juan Álvarez, no ha habido ni hay problemas mayúsculos de robos y saqueos en la ciudad de Pisco, la más afectada por el sismo del miércoles último, sino que todo se ha limitado a intentos de pillaje que han sido oportunamente controlado por los efectivos policiales.
Sus declaraciones sin embargo se contrastan con las imágenes que se aprecian en los canales de televisión y con los testimonios de pobladores que denuncian el saqueo de sus pertenencias y robos a toda hora del día en un sector de la carretera Panamericana, cuyo pase se encuentra restringido por un derrumbe ocasionado por el terremoto. Las imágenes están llenas de testimonios de pobladores que reclaman un mayor control policial y que expresan su temor de dejar lo que queda de sus viviendas, por el temor de sufrir actos de pillaje.