Alejo Garza, un empresario de 77 años, ha recibido miles de alabanzas y cánticos en su honor, por enfrentarse solo a toda una banda de sicarios para defender su rancho. Algunos dicen que fue como una vieja película del oeste, pero en medio de la narco – guerra que sacude ese país.
Un grupo de hombres armados llegó al rancho San José, en Tamaulipas. Se trataría de Los Zetas, quienes le dieron un ultimátum a don Alejo: 24 horas para entregarles el rancho.
“No lo entregaré. Aquí los espero”, les contestó Garza, nacido en la sierra del vecino estado de Nuevo León y que falleció en el combate.
Pidió sus trabajadores que le dejaran solo en el rancho. Buen cazador y coleccionista de armas, Alejo Garza preparó su ataque desde las puertas y ventanas de su vivienda.
Pasadas las 4 de la madrugada, empuñó el primer fusil al escuchar los motores de varias furgonetas. Más de 30 sicarios bajaron de los vehículos, lanzaron unas ráfagas al aire y gritaron que estaban tomando posesión del rancho.
Pero el dueño los recibió a balazos.
En medio de la desigual batalla, don Alejo mató a cuatro sicarios y dejó heridos a otros dos.
Cuando acabó el tiroteo, dentro de la casa llena de agujeros, los atacantes solo encontraron a un hombre. “Pensaban que había un comando allá dentro y no había ningún comando, era mi señor padre”, dijo su hija, Sandra Garza.