Un total de mil 711 incendios forestales de consideración -sin contar los pequeños amagos- se han producido en la Amazonia peruana durante el 2010, lo que significa un alarmante crecimiento de este tipo de siniestros que afectan principalmente a los campesinos más pobres.
Según datos divulgados en el conversatorio ‘Donde hubo fuego, perdemos bosques, perdemos todos’, realizado este viernes en el local del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) en Lima, el año 2005 fueron 968 incendios, mientras que entre los años 2005 y 2008 este tipo de desastres ocasionaron más de dos mil damnificados, seis mil afectados y diez fallecidos.
También se informó en dicho encuentro, auspiciado por USAID, que el 90% de las quemas ocurren todos los años en época seca -cuando no hay lluvias-, que en la selva se da entre agosto y octubre.
La ‘quema’ es una práctica agrícola tradicional en la sierra, trasladada hacia la selva por los colonos -migrantes- andinos que la usan para limpiar los bosques de árboles y animales, y -supuestamente- prepararla para el cultivo.
Sin embargo, el resultado verdadero es la destrucción de dichos campos pues las cenizas son ‘lavadas’ por las nuevas lluvias, la tierra queda improductiva y se propicia la desertificación.
Además, la emisión directa de carbono -a través del humo- favorece el recalentamiento de la atmósfera, acelerando el proceso de cambio climático.
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