La Cordillera del Cóndor, en la frontera con el Ecuador y que fuera escenario de acciones bélicas con el vecino país del norte, fue declarada Reserva Nacional y parte integrante del Sistema de Áreas Naturales Protegidas en nuestro país.
Habitada por los nativos de las etnias Awajún y Wampis, este ecosistema de bosques naturales fue severamente dañado por las escaramuzas bélicas registradas en 1981, durante el segundo gobierno de Fernando Belaunde, y en 1995, en el gobierno de Alberto Fujimori, en la denominada “Guerra no declarada del Cenepa con el Ecuador”, zona que en los últimos años afronta problemas de contaminación ocasionados por colonos y mineros informales que desechan sus relaves en sus ríos.
El área que abarca la Cordillera, en la que abundan los bosques húmedos, con neblina todo el año, es considerada por los científicos y ambientalistas como una zona de gran riqueza y diversidad, y en ella habitan 915 especies, un 17% de población de mariposas diurnas, 14% de mariposas nocturnas y 13 % de la diversidad de aves que existen en el país, además de gran variedad de fauna y flora local.
Pese a la importancia del reconocimiento, éste se ha dado recortado a la mitad, pues sólo se ha aprobado como área de reserva una extensión de 88.477 hectáreas, cuando la propuesta inicial aprobada en el marco del proyecto «Paz y Conservación Binacional en la Cordillera del Cóndor, Ecuador-Perú» del 2002, fue de 153.000 hectáreas