Se pierden más siete mil hectáreas de bosques en el VRAE principalmente por la agricultura migratoria

La pérdida anual de más 7 mil hectáreas de bosques en el valle de los ríos Apurímac y Ene, VRAE, se debe a las acciones de tala ilegal  y principalmente a la agricultura migratoria y los cultivos  ilegales de coca, generando así una gran pérdida de la flora y fauna silvestre, señaló el funcionario de las Naciones Unidas, Ernesto Parra.

“Si bien es cierto que se pierden cientos de hectáreas de bosques por las acciones de la tala ilegal, la mayor destrucción  se da por la agricultura migratoria de diferentes cultivos pero principalmente de los cultivos ilegales de coca”, señaló Parra a INFOREGIÓN.

Destacó que la utilización excesiva de plaguicidas hace que los suelos pierdan rápidamente sus nutrientes quedándose estériles, lo que ocasiona que los agricultores abandonen estas tierras e invadan bosques donde viven gran cantidad de plantas y animales.

Autoridades deben adoptar políticas foresales

“Los suelos de la amazonía son muy frágiles, cuando el agricultor ve que el terreno ya no le es productivo lo abandona y migra a otras zonas a buscar nuevas áreas. Pese a que ya han vivido la experiencia y las consecuencias de una mala agricultura, muchos no se corrigen  y continúan utilizando tecnología inapropiada cayendo en un círculo vicioso”, lamentó.

Por ello exhortó a las autoridades ediles y de otras instituciones para que adopten políticas agrarias y forestales  teniendo como un instrumento fundamental a la zonificación económica y ecológica que viene actualmente realizando el Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana, IIAP .

Protección de bosques tarea de todos

El funcionario de las Naciones Unidas, explicó que otra de las alternativas es promover mayores proyectos productivos bajo un sistema agroforestal a mediano plazo con un promedio de 3 años de ejecución.

También propuso realizar una buena selección de especies maderables, que hagan que las intervenciones sean  sostenibles.

Finalmente indicó que los órganos de control en asuntos forestales, no tienen la capacidad operativa de poder proteger todos los bosques e inclusive las áreas que están legalmente protegidas.

Por ello estimó que se requiere necesariamente  involucrar a toda la población para que las leyes  dadas se cumplan.

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