La producción de hoja de coca se ha reducido hasta en un cinco por ciento, con respecto al volumen de los últimos años, aseguró al diario El País de Colombia, el comandante NP Lucas Núñez Córdoba, quien estuvo en ese país participando en un encuentro sobre seguridad ciudadana.
El jefe policial resaltó los grandes esfuerzos del Estado peruano por disminuir los cultivos de hoja de coca ilegal,y remarcó la lucha de muchos agricultores por cambiar esta realidad.
El comandante Nuñez señaló que la zona más crítica en cuanto a producción de cultivos de coca ilegal es la del valle de los ríos Apurímac y Ene, VRAE, que comprende los despartamentos de Junín, Huancayo y Ayacucho.
Precisó que es esas zonas se viene privilengiando las labores de inteligencia y seguimiento y remarcó que en esa zona del VRAE se ha desatado una guerra del narcotráfico
«En esta zona todavía quedan remanentes del terrorismo y es por eso que el trabajo se complica debido a las grandes extensiones del lugar. Muchos delincuentes se dedican a la producción de hoja de coca en este sitio, pero es difícil atraparlos porque están cobijados por los terroristas, anotó.
Remarcó que en el Perú, los remanentes del terrorismo están directamente relacionados con el narcotráfico, porque les prestan protección y cobran cupos a cambio. «Por ejemplo pagan por la siembra de la hoja de coca, tienen todo un comercio ilegal en torno al negocio. Por la caracterización de la zona es difícil que las fuerzas del orden y la Policía podamos acceder al terreno fácilmente.
Indicó que ante esa situación se está recurriendo a la labor de inteligencia y al planeamiento de emboscadas y remarcó que además del brazo militar y policial se ha reforzado la presencia del Estado y el desarrollo Alternativo en la zona.
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