Un menor de 17 años logró escapar de las garras de la explotación del narcotráfico en el valle del Monzón y llegó hasta Tingo María para pedir ayuda y retornar a su tierra, Ancash, arrepintiéndose de haberse dejado engañar con promesas de trabajo bien remunerado.
Luego de caminar por el monte por más de diez horas y en una peligrosa huida nocturna, cuando estaba a punto de ser asesinado, el joven llegó hasta esta ciudad mostrando gran temor por lo que le había tocado vivir en los últimos meses.