De acuerdo a informes de inteligencia policial antidrogas, en los últimos años se ha venido incrementando tanto los sobrevuelos al territorio nacional como el uso clandestino de pistas especialmente preparadas para permitir el aterrizaje de aeronaves dedicadas al narcotráfico.
Otra modalidad del uso de la vía aérea es la de reclutar personas como correos humanos, conocidos como “burriers” que transportan PBC o cocaína camuflada en sus bienes personales, en paquetes adheridos al cuerpo, en bolsas de plástico, ingeridas previo al inicio del viaje o colocadas en sus partes íntimas.
Los principales destinos de esta forma de transporte de droga, son los grandes mercados consumidores como Estados Unidos, Europa, Asia, entre otros.
En los últimos tres años las intervenciones y decomisos se realizaron con mayor frecuencia en los “counters” de las compañías aéreas internacionales que tenían como destino España, Brasil, Holanda, República Dominicana y México, a los que últimamente se han sumando los dirigidos a Marruecos, Italia, China y Turquía.
Esta problemática del tráfico aéreo de drogas también será abordada por los jefes de los organismos encargados de combatir el tráfico ilícito de drogas en América Latina y el Caribe (HONLEA), a reunirse la próxima semana en Lima.