La trata de personas, tanto en su modalidad de explotación laboral como en el comercio sexual, es consecuencia directa de la explotación minera ilegal que se desarrolla principalmente en las cabeceras de los ríos de la región Madre de Dios, y está en aumento por el alto valor del precio del oro, según un reporte de la Junta de Fiscales de la zona amazónica.
Su presidente, el doctor Pedro Washington Luza, indicó que la actividad, que se lleva a cabo en los alrededores de los yacimientos mineros, está en crecimiento debido al aumento del precio internacional del oro y a la mayor demanda de este mineral precioso.
En entrevista exclusiva con el programa Diálogo Ciudadano, el Especial del Fin de Semana, que se difunde por las ondas de Radio Aurora de Puerto Maldonado, en coproducción con la agencia de prensa INFOREGION, el abogado indicó que es importante trabajar en la prevención de este delito, pues todos los días ingresan entre 15 y 20 vehículos desde Cusco y Puno llevando gente en busca de trabajo.
«A la región Madre de Dios llegan alrededor de mil personas al día y a través de diversos medios. De esa cantidad, hemos detectado que siempre hay más de un menor de edad que tiene como destino los lavaderos de Guacamayo, La Mar, Huapetuhe, Delta 1, 2, 3 y 4, Boca Colorada y otras zonas mineras, y que son captados por los tratantes», indicó.
El fiscal agregó que la mayoría de chicos proviene de las zonas altoandinas de nuestro país a través de la vía terrestre, aunque también se han detectado menores procedentes de lugares tan distantes como Caballococha, en la región Loreto, frontera con Colombia.
Al respecto, indicó que por fin las autoridades de Madre de Dios, además del Poder Judicial, el Ministerio Público y la Fiscalía, están entendiéndose para trabajar fuertemente en el combate contra este delito, que en el caso sexual afecta a personas en dos grupos bien definidos: de entre 12 y 18 años y de 18 a 22.