Espacio Compartido. Es extremadamente fácil, aprovechando el dolor de las víctimas y la indignación que sentimos todos ante las bárbaras acciones criminales de los últimos días, mentir y hacer demagogia con la pena de muerte, diciendo que es una alternativa frente la inseguridad ciudadana.
El tema se ha discutido en el Perú y el mundo hasta el cansancio. Incluso el propio Alan García quiso usarla al comienzo de su gobierno para reforzar su popularidad y la propuesta fue desechada por este mismo Congreso.
No entro aquí a discutir la cantidad de argumentos que hay para oponerse a esa bárbara e ineficaz medida. Quiero solamente expresar la náusea que me produce que candidatos hambrientos de votos, la usen para ver si se ganan alguito con un tema tan serio.
Como no podía ser de otra manera, los fujimoristas están a la cabeza en esto y ya Keiko ha propuesto que haya pena de muerte en el Perú.
En mi opinión lo hace no por convicciones, ni por ideas (la verdad que no le conozco hasta ahora ninguna, en ningún campo), sino porque está segura de que algunos puntitos le puede dar en las encuestas.
Si la manipulación del miedo y la indignación de la gente en este tema, por parte de los políticos en general es abominable, no quedan palabras para describir lo que ocurre tratándose de Keiko Fujimori.
-Señora Fujimori: ¿está segura de lo que propone como solución?
-Ahh, se ratifica, pues entonces le pregunto: ¿debe haber pena de muerte específicamente para el homicidio calificado y el secuestro agravado?
Me imagino que, consecuente con su “defensa de la sociedad”, no le queda duda alguna que sí, tratándose ambos de delitos monstruosos.
Una preguntita más que me da vueltas por la cabeza:
-Señora Fujimori: ¿usted cree que se debe matar a todos los condenados por homicidio calificado y secuestro agravado o sólo a los que no son conocidos o parientes de uno?
Señora Fujimori: ¡cómo puede usted olvidar que si la pena de muerte hubiese estado vigente cuando juzgaron a su padre, no hubiese sido condenado a 25 años, por homicidio calificado y secuestro agravado, sino que hubiese enfrentado al pelotón de fusilamiento!
Señora Fujimori, no tenga duda alguna, en ese horrendo supuesto, muchos hubiésemos hecho hasta lo imposible por salvar la vida de su padre. ¿Usted también?