Flavio Mirella, representante de la Oficina de Las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), aseguró hoy que los campesinos de Aguaytía, en la región Ucayali, sí tienen alternativas para escapar a la economía ilícita de la coca, en vez de dejarse llevar a realizar protestas promovidas por el narcotráfico.
Mirella consideró que antes de exigir que se suspenda la erradicación de la hoja de coca ilegal, los agricultores deberían permitir que se les ayude con los cultivos alternativos que hoy sí tienen buena rentabilidad.
«El narcotráfico está utilizando a los cocaleros para defender una situación ilícita que no promueve el desarrollo y distorsiona los procesos económico legítimos” precisó Mirella.
Agregó que los campesinos tienen las facilidades para acogerse a los planes para sustituir los cultivos ilegales , lo que les permitiría pasar de una actividad ilegal a una legal con un mercado productivo cautivo y recordó que los programas de cultivos alternativos han transformado varias localidades sumidas en la pobreza otorgándoles posibilidades de crecimiento comercial.
El ejemplo Tocache
Puso como ejemplo de ello a la provincia de Tocache con altos índices de desarrollo en productos que van desde el cacao y la palma.
“Las facilidades y los buenos ejemplos existen, en ese sentido, manifestaciones y violencia no conllevan a resultados concretos”, precisó por lo que consideró que este es un buen momento para dar un gran impulso al desarrollo alternativo y expandirlo a otras zonas como Aguaytía, que tiene la más alta producción ilegal de hoja de coca, un 73. 3 por ciento, respecto a otras zonas cocaleras.
Mirella informó que en Aguaytía se producen 6 mil 400 toneladas métricas de hoja de coca al año, lo cual equivale a 17 toneladas métricas de cocaína. Asimismo, en los últimos cinco años se produjo 19 mil toneladas de hoja de coca y 50 toneladas de cocaína.
“Los números son contundentes, por eso cualquier medida de control para evitar la expansión del cultivo de la coca acompañada por acciones de desarrollo es positiva”, recalcó.
Lamentó finalmente que el narcotráfico esté utilizando a los cocaleros para defender una situación ilícita “que no promueve el desarrollo y distorsiona los procesos económicos legítimos” al tiempo que condenó el uso de niños y menores de edad en las manifestaciones de protesta cocalera porque constituye un acto grave que lesiona la convención de los derechos de los niños.
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