Las emisiones generadas por el tráfico aéreo y terrestre y por la actividad industrial en general han ido alterando la composición de la atmósfera y están provocando un aumento de la temperatura global de la tierra. Si los casquetes polares se fundieran totalmente el océano se elevarla unos metros metros sobre el nivel actual y las costas retrocederían cientos de kilómetros. Un cambio climático brusco podría representar la extinción de muchas especies.